El legado de dos grandes voces de la radio en Catalunya
2024-11-08
Autor: Carmen
Dos notables ausencias marcan el panorama radiofónico en Catalunya. La primera, y más conmovedora, es la de Óscar Moré, un veterano de la SER, que a la edad de cincuenta años nos dejó sin previo aviso. Moré se caracterizaba por un respeto absoluto hacia sus oyentes, manteniéndose alejado del caos y la exageración que a menudo dominan los espacios de radio actuales. Él era un defensor de la conversación, utilizando un enfoque que favorecía la documentación antes que la improvisación. En un contexto donde el individualismo de las redes sociales prevalece y donde los oyentes son empujados a interactuar de maneras que pueden traicionar la esencia de la radio, Moré se erguía como un pilar de reflexión y calma, utilizando la música como un canal para activar recuerdos y construir una memoria colectiva.
Por otro lado, una ausencia afortunada es la de Neus Bonet Bagant, quien se retira tras haber sido un referente en Catalunya Ràdio y en toda la radio en català. Su dominio del tono y de la dicción la hicieron figura central en los informativos, los cuales se diferenciaban del habitual alarmismo que impera en muchas redacciones. Bonet, así como otros como Marta Romagosa y Óscar Fernández, aportaron dignidad a una forma de informar que no se deja llevar por la superficialidad. Sabían distinguir entre lo que es verdaderamente noticiable y lo que cae en la trivialidad.
La forma en que Bonet se relacionaba con sus invitados y colaboradores, exhibiendo una cordialidad respetuosa, la hizo merecedora del aprecio, incluso entre aquellos que se dejaron llevar por los vaivenes de la política, a menudo menospreciando su trabajo. Monitoreando siempre a sus oyentes como prioritarios, mantenía un delicado equilibrio entre la flexibilidad de reacción ante las noticias y la exigencia de un rigor informativo.
Recuerdo el primer día que coincidí con Bonet en un estudio, junto a Quim Monzó. La presión era palpable, pues su estilo ya había establecido un estándar alto. Nuestra intención era introducir un toque de humor en el informativo, y aunque Bonet mostró inicialmente una actitud seria, pronto se adaptó a un tono más teatral que resonaba con el entretenimiento. Su risa y calidez son un sello que, estoy seguro, continuará aportando incluso tras su jubilación. Es una generosidad que va más allá de su tiempo al aire y que, esperemos, siga influyendo en la radio y en sus oyentes por muchos años más.