Entretenimiento

El Lado Oscuro de Chicho Ibáñez Serrador, Revelado por las Azafatas de 'Un, dos, tres'

2025-04-17

Autor: Carmen

Un Legado Sombroso

El icónico concurso televisivo 'Un, dos, tres... responda otra vez' de Chicho Ibáñez Serrador, que una vez llenó nuestras pantallas de risas y emoción, hoy se ve envuelto en una oscuridad inquietante. Tras años de silencio, azafatas que trabajaron con el mítico productor alzan la voz y destapan un ambiente laboral lleno de torturas, humillaciones y acoso que parece haber quedado olvidado en el pasado.

Las Confesiones Impactantes

La revista 'Lecturas' ha recopilado testimonios desgarradores de varias exazafatas que vivieron en carne propia el lado menos conocido del famoso programa. Marta de Pablo, una de ellas, narró: 'Chicho te torturaba, te castigaba y te quería humillar, hasta el punto de no saber cómo hacerte daño'. Su valentía en compartir su historia pone en jaque la imagen pública de un hombre muchas veces idolatrado por su trabajo en televisión.

Preocupaciones Nocturnas

Además, una azafata de las primeras temporadas, que prefiere mantener su anonimato, revela que siempre optaban por compartir habitación con una compañera en los viajes, ya que varias habían experimentado visitas inesperadas que les generaron miedo durante la noche. En aquellos tiempos, muchas de ellas eran menores —como Marta, que llegó a Madrid con solo 17 años— y se enfrentaban a un mundo que no les ofrecía protección.

Del Enamoramiento a la Tortura

La relación de algunas azafatas con Chicho iba más allá de lo profesional. Una exazafata confesó que Chicho se obsesionó con ella, incluso llegando a esperar debajo de su casa con billetes de avión, planeando una fuga. Aunque su vida en pantalla parecía perfecta, tras las cámaras se escondía un sufrimiento oculto: 'Fui la mejor actriz del mundo en TV, pero al salir lloraba como una magdalena', recuerda con dolor.

Un Estilo de Dirección Dictatorial

Las exigencias del productor eran brutales. Marta describe ensayos agotadores para bailes que, a última hora, él eliminaba sin justificación. 'Él elegía a cada azafata, al principio parecía cuidar de ti, pero luego te maltrataba', explica. Chicho solo buscaba respuestas extremas: alegría o miedo, dejando a las jóvenes en un constante estado de ansiedad.

La Defensa de la Familia

Ante estas acusaciones, el hijo de Chicho, Alejandro Ibáñez, salió a defender su legado en el programa 'TardeAR': 'Solo se atreven a hablar de él porque está muerto y no puede defenderse. Es fácil perder el respeto por alguien que ya no tiene voz'. Una declaración que ha generado debate, señalando la complejidad de la situación.

Reflexiones Finales

Estos desgarradores relatos no solo arrojan luz sobre un oscuro capítulo de la televisión española, sino que también, invitan a la reflexión sobre el poder y el abuso en el mundo del espectáculo. Las experiencias de estas mujeres resaltan la necesidad de crear entornos seguros y respetuosos, donde cada voz pueda ser escuchada y protegida.