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El increíble viaje del 'vikingo de Oñati': De la gloria a la aventura en México

2024-09-27

Autor: Francisco

Santi Idígoras, nacido en Oñati en 1953, alcanzó la fama futbolística con la Real Sociedad, formando parte de esa generación legendaria que consagró el equipo con su primer título de Liga. Sin embargo, tras alcanzar la cima, decidió explorar nuevos horizontes. Pese al interés del Barcelona, se decantó por el Puebla mexicano, que le ofreció alrededor de 70 millones de pesetas (unos 420.000 euros actuales), una cifra irrefutable en aquellos tiempos.

Idígoras, que ya había sentido que su auténtica posición no era la de extremo derecho, sino la de delantero centro, vio en esta propuesta una oportunidad perfecta para reinventarse. Tras unas vacaciones en Ibiza, decidió dejar la Real y adentrarse en una nueva aventura futbolística, sin imaginar la vida nueva que le esperaba.

Al llegar a México DF, la magnitud del país le sorprendió. Con su maleta y sin ayuda, tuvo que buscarse la vida para establecerse, encontrando un apartamento y un coche por su cuenta. A pesar de las adversidades, pronto se sintió a gusto y dejó una marca en el Puebla, anotando tres goles en su primer partido. Aunque el equipo no logró clasificar a la fase final, Idígoras disfrutó de su tiempo en el país y forjó amistades entrañables.

Sin embargo, su travesía no estuvo exenta de desafíos. La inestabilidad política en México provocó la devaluación de la moneda, lo que complicó su situación económica. Regresó a España con ofertas de nuevos equipos, incluyendo el Valencia, donde continuó luchando a pesar de las adversidades como las lesiones y la crisis interna del club.

A lo largo de su carrera, Idígoras mantuvo un fiel amor por la Real Sociedad. Aunque compartió vestuarios con grandes jugadores en el Valencia, nunca olvidó sus raíces ni la gran etapa que vivió en San Sebastián. Su visión del fútbol se nutre de aquellos años de esfuerzo y camaradería, donde valora más que nunca el compromiso y la humildad de sus compañeros.

A través de sus vivencias, Idígoras recuerda cómo era jugar en una época donde los viajes eran odiseas, y el tratamiento a los jugadores era muy diferente al actual, donde se cuenta con un lujo que antes no existía. Con una disposición siempre abierta y llena de gratitud, Santi Idígoras se ha convertido en un símbolo de perseverancia y amor por el deporte, dejando una huella imborrable en la historia del fútbol español.