Este martes, EE.UU. se prepara para unas elecciones sumamente reñidas que podrían tener repercusiones globales. En lugares tan lejanos como Rusia o Israel, muchos esperan que el ex presidente Donald Trump, candidato del Partido Republicano, vuelva a la Casa Blanca. De obtener la victoria, Trump podría fortalecer a gobiernos de extrema derecha en América Latina y Europa, como sucedió con el de Argentina y Hungría.

Mientras tanto, en Bruselas y Ucrania, las esperanzas están puestas en Kamala Harris, la candidata del Partido Demócrata y actual vicepresidenta, quien, de ganar, podría mantener la estrecha relación que tiene EE.UU. con la Unión Europea (UE) y continuar apoyando a Ucrania en su lucha contra la invasión rusa. En este contexto, China se muestra escéptica sobre las posibilidades de un diálogo significativo con Washington, independientemente del resultado electoral.

Impacto en la Unión Europea

La UE está a la expectativa. Si Trump regresa al poder, podría aumentar las tensiones comerciales con China y la estrategia proteccionista hacia Europa, lo que podría resultar en la imposición de nuevos aranceles. Las preocupaciones son enormes, especialmente dado el debilitamiento de los líderes europeos, como el canciller alemán Olaf Scholz y el presidente francés Emmanuel Macron, quienes enfrentan desafíos políticos internos. En este escenario incierto, la cumbre de líderes europeos en Budapest se verá obligada a afrontar los desafíos que un posible triunfo de Trump traería consigo, especialmente en materia de defensa y seguridad.

Consecuencias para Ucrania y Rusia

Para Ucrania, el futuro podría ser sombrío si Trump gana. La guerra podría perder su principal aliado militar, ya que Trump ha manifestado que su prioridad será que Ucrania y Rusia lleguen a un acuerdo. Por otro lado, Harris ha reiterado su compromiso de seguir brindando apoyo militar a Kiev. Este aspecto es crucial para el presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, quien ha expresado su preocupación por las intenciones de Trump, recordando los lazos que este ha mantenido con figuras del Kremlin.

Dramas del Oriente Medio

En el Oriente Medio, la relación de EE.UU. con Israel no se vería alterada independientemente del ganador, pero hay temores de que una transición poco estable entre administraciones influya en la atención que Washington presta a la región. Trump se ha comprometido a acelerar las victorias israelíes en los conflictos actuales, mientras que el apoyo militar a Israel continúa siendo prioritario en la agenda de ambos candidatos.

El peso en América Latina

América Latina es particularmente susceptible a los cambios provenientes de la Casa Blanca. El nuevo gobierno en México, liderado por Claudia Sheinbaum, buscará mantener relaciones positivas con ambos candidatos. Sin embargo, el pronóstico es alarmante para los ciudadanos de Venezuela, que podrían enfrentar un endurecimiento en la política estadounidense si triunfa Harris. En este sentido, el esperanzador regreso de una figura como Trump podría enviar la relación bilateral hacia caminos aún más complicados.

Contención en China

La relación entre EE.UU. y China es un eje central del siglo XXI. Con las elecciones a la vista, Pekín observa con atención y escepticismo, sin mostrar inclinación por ninguno de los candidatos. Ambos han prometido una postura dura contra el gigante asiático, por lo que no se anticipan cambios significativos en la dinámica de tensión actual, sin importar quién gane el 2023.

Las elecciones estadounidenses son más críticas que nunca, no solo para el futuro de EE.UU., sino para el equilibrio mundial. Las decisiones tomadas en las próximas horas pueden determinar destinos en regiones como Europa, Asia, Oriente Medio y América Latina. ¡El desenlace promete ser un verdadero punto de inflexión para el orden global!