El 1 de enero, Federico y Mary de Dinamarca tuvieron la ocasión de presidir su primer banquete de Año Nuevo como monarcas. Este evento se desarrolló en la majestuosa Corte del Palacio de Amalienborg en Copenhague, y marcó un nuevo capítulo en la historia de la familia real danesa, tras la inesperada abdicación de Margarita II el año pasado, quien dejó el trono después de 52 años de dedicación.

Este año, la celebración tuvo un momento emocionante al contar con la presencia del príncipe Christian, quien hizo su debut en la gala. Acompañado por su madre, la Reina Mary, y los familiares cercanos, como su abuela y el príncipe Joaquín y su esposa Marie, la atmósfera fue cautivadora, y se notó un renovado acercamiento entre los miembros de la familia real que habían estado distanciados.

Mary de Dinamarca, fiel a su estilo estratégico y consciente de la sostenibilidad, optó por un vestido que no es solo deslumbrante, sino de gran significado personal. Este diseño de la talentosa diseñadora Birgit Hallstein, que debutó en abril del año anterior para su primer retrato oficial como Reina, es un impresionante vestido de terciopelo verde con delicados detalles de encaje.

El vestido presenta un escote palabra de honor, entallándose elegantemente gracias a un fajín que realza su figura. Se complementa de manera exquisita con un cuello y mangas de encaje, que añaden un toque romántico a un look ya de por sí espectacular. Mary finalizó su atuendo con unos elegantes salones de terciopelo y un bolso de mano adornado con pedrería, mostrando su impecable sentido de la moda.

Las joyas de Mary también llamaron la atención, luciendo una espléndida tiara de diamantes y esmeraldas, combinada con unos pendientes tipo chandelier, un privilegio reservado solo para las reinas danesas.

Por otro lado, su cuñada Marie optó por un look diferente con un vestido azul marino diseñado por Rikke Gudnitz, que presentaba un escote en pico y una cintura marcada. También mostró una tiara floral, la misma que utilizó en su boda con el príncipe Joaquín, realzando así la herencia real.

Este evento no solo marca un nuevo comienzo para la realeza danesa, sino que también establece un fuerte precedente en cuanto a la moda sostenible y la elegancia que caracteriza a la Reina Mary. ¡Los ojos del mundo están puestos en cómo continuará evolucionando su estilo en este nuevo año!