El Grupo de Puebla, un foro conformado por líderes de la izquierda latinoamericana, ha expresado su apoyo al ex presidente boliviano Evo Morales, quien enfrenta acusaciones graves de abuso sexual hacia una menor de 15 años. Este respaldo ocurre en un contexto donde el mismo grupo se ha comprometido a «eliminar toda forma de violencia contra las mujeres», lo que plantea serias dudas sobre su integridad y consistencia en el manejo de este tipo de situaciones.

Recientemente, Morales participó en una marcha en Bolivia que culminó en enfrentamientos con fuerzas de seguridad y amenazas hacia el actual presidente, Luis Arce, lo que revela una creciente polarización política en el país. A pesar de la gravedad de las acusaciones y de que el lema ‘hermana, yo sí te creo’, apoyado por sectores progresistas, resuena con fuerza en la lucha por los derechos de las mujeres, su aplicación parece ser selectiva en el contexto de sus propios aliados políticos.

Evo Morales, quien ocupa un lugar destacado en la política boliviana a sus 64 años, ha sido elogiado por muchos en su época como presidente, pero estas nuevas acusaciones podrían poner en jaque su legado y el apoyo que todavía recibe. La sociedad boliviana se encuentra dividida, con algunos grupos defendiendo su inocencia y otros exigiendo justicia para las víctimas de violencia sexual. La situación continúa desarrollándose, y muchos se preguntan qué repercusiones tendrá esto tanto en su esfera política como en el movimiento feminista en Bolivia.

Esta situación ha generado un intenso debate en redes sociales y medios de comunicación, con innumerables opiniones sobre la responsabilidad de los partidos políticos en responder ante tales acusaciones. Sin duda, la comunidad internacional estará atenta a cómo se desarrollen los acontecimientos en los próximos días.