Una devastadora DANA ha azotado Valencia, dejando un rastro de destrucción increíble y más de 70 vidas perdidas, una cifra que tristemente seguirá aumentando. La cifra de fallecidos no es el único impacto trágico de este fenómeno meteorológico; también son irreparables los daños materiales: miles de viviendas, coches y carreteras han sido arrasados. En medio de este caos, el fútbol ha quedado relegado a un segundo plano, con la cancelación de todos los partidos en la provincia de Valencia y en riesgo la histórica confrontación entre el Valencia y el Real Madrid programada para el fin de semana.

Santi Martín, el entrenador del modesto equipo local Manises, se encontraba emocionado ante la posibilidad de enfrentar al Getafe, un equipo de Primera División, pero ese encuentro ha sido cancelado. Como él mismo explica, su papel como entrenador se ve profundamente afectado por la crisis: también trabaja en Urbanismo en el Ayuntamiento de Torrent, una de las zonas más devastadas por la tormenta.

"La realidad es que estamos sin apenas luz. Muchos postes de electricidad han volado y varias centrales hidroeléctricas están fuera de servicio. Puedo estar en casa en solo seis minutos, pero parece que estamos a miles de kilómetros de distancia", comenta Santi con evidente preocupación.

La situación es crítica, y aunque ayer no llovió tanto en su localidad, las regiones cercanas como Requena han recibido cantidades alarmantes de agua, hasta 500 litros. Los barrancos han desbordado y han arrasado todo a su paso. "El puente que utilizo para ir entrenar está en peligro de derrumbe, y los accesos a Manises están completamente bloqueados".

La desesperación y el caos se han apoderado de las calles, donde Santi observa a los equipos de rescate trabajando arduamente. Gente que intenta caminar a través de calles inundadas parece salida de una película de catástrofes, cubiertos de barro hasta la cintura y con historias desgarradoras de supervivencia. "Un helicóptero de la Guardia Civil aterrizó y rescató a tres personas, y su abrazo al volver a la tierra fue realmente conmovedor".

"Estoy muy preocupado porque tengo a dos jugadores que no he podido localizar. Uno vive en Paiporta y el otro en Alfafar, áreas que han sufrido gravísimos daños. Sin electricidad, es imposible que puedan cargar sus móviles. Espero lo mejor, pero siempre hay un temor latente".

A pesar del desastre, Santi destaca que el terreno de juego en Manises ha sobrevivido sin daños y estaba en condiciones ideales para jugar. Sin embargo, estas consideraciones quedan en segundo plano frente a la tragedia humana que se está desarrollando. La impotencia de ver la destrucción tan cerca de su hogar y el caos que ha desatado ha dejado a todos en shock.

"Cuando empezamos mi aventura en la Copa con el Manises, nunca imaginé que me tocaría enfrentarme a un equipo de Primera, y aún menos vivir una tragedia como esta en carne propia. A veces, la naturaleza golpea de formas que no podemos prever".