El emocionante viaje de Marcos Ruiz hacia la gloria mundial: "La halterofilia está en mi ADN"
2024-12-24
Autor: David
Marcos Ruiz se tomará un merecido descanso lejos de las competencias hasta después de la festividad de los Reyes Magos. Este año, su Navidad será especial, ya que la pasará con su familia en Molins de Rei, Barcelona, disfrutando de la famosa sopa que prepara su tío, Jose Manuel, a quien califica como el mejor chef del mundo.
Este talentoso halterófilo ha hecho historia al convertirse en el primer deportista masculino español en conseguir una medalla de oro en un Campeonato Mundial. Tras haber obtenido la plata en arrancada en 2022 en Bogotá, su esfuerzo le ha valido el oro en Manama, Baréin, levantando impresionantes 183 kg. Además, anotó 212 kg en dos tiempos (donde quedó cuarto) y un total de 395 kg, logrando nuevas marcas personales y récords nacionales. Con solo 28 años, Ruiz lamenta no poder apreciar sus triunfos como lo hacen sus amigos debido a su carácter humilde. "No soy de valorar mis éxitos, la verdad es que no lo considero importante. Aunque cuando vi la repercusión, me di cuenta de que quizás sí había hecho algo grande", confiesa con una leve sonrisa.
Entre un sorbo de café, destaca su sorpresa ante los resultados, afirmando: "No tenía claro a qué iba, y al final, lo que me sorprende es haber mejorado mis marcas más que la medalla en sí". Para dar una idea de su progreso, los 395 kg que levantó le hubieran valido para ser quinto en los Juegos Olímpicos de París, a los que no se había preparado tras la lesión que sufrió.
Marcos Ruiz, que comenzó su trayectoria deportiva en la halterofilia a los 13 años tras ser animado por un amigo, recuerda su primera experiencia en el Campeonato de España sub 15 de 2009, donde terminó en la novena posición. Con los pies en la tierra, reflexiona sobre el tiempo que pasó entre altos y bajos. Menciona su positiva mentalidad en competición, lo que le ha permitido mantenerse en este deporte que le apasiona.
Uno de los momentos más difíciles de su carrera fue en 2017, cuando dio positivo en un control de testosterona antes del Mundial de Anaheim, perdiendo varias oportunidades y enfrentándose a la exclusión de la selección nacional. Sin embargo, fue exonerado al no encontrarse prueba de la muestra B, lo que le permitió retomar su camino.
En los Juegos Olímpicos de Tokio 2020, participó en la categoría de -109 kg, culminando en un admirable octavo lugar. Sin embargo, la verdadera batalla llegó después de jugar en Tokio, cuando sufrió una grave lesión en su rodilla, que arrastraba desde hace varios años. La intervención quirúrgica en julio de 2023 reveló una rotura del 70% en el tendón del cuádriceps, y aunque la recuperación parecía un sueño inalcanzable, su perseverancia lo llevó de nuevo a la barra en octubre.
"Hubo momentos en los que pensé que jamás podría competir de nuevo y que tendría que dejar la halterofilia", admite. Sin embargo, la pasión por este deporte no le permite abandonar su sueño. "La halterofilia es mi vida; siempre he sentido que lo llevo en la sangre. Quizás si hubiera decidido otro camino, como el tenis, habría sido más rentable", añade con un toque de humor.
A lo largo de su carrera, Ruiz ha tenido varios entrenadores, pero resalta el impacto positivo de Javier Flores, quien ha sido fundamental en su recuperación. "No me permitió rendirme después de la operación, y eso lo valoro enormemente", concluye, con la esperanza de inspirar a su compañero David Sánchez, quien también ha cosechado medallas en competiciones europeas para que se mantenga fiel a su pasión por la halterofilia.