El elegante piso de Marisa Paredes en el corazón de Madrid que enamoró a todos
2024-12-20
Autor: Lucia
Marisa Paredes, una de las actrices más emblemáticas del cine español y musa de Pedro Almodóvar, falleció de manera inesperada el pasado lunes 16 de diciembre a los 78 años. Conocida por su estilo sobrio y elegante, Paredes siempre eligió un lujo discreto que se reflejaba incluso en sus propiedades inmobiliarias.
Después de su separación del director Antonio Isasi-Isasmendi, con quien tuvo a su hija María, la actriz abandonó una magnífica vivienda de 3.000 metros cuadrados ubicada en la prestigiosa urbanización Monteclaro en Pozuelo de Alarcón, donde también residía la famosa Rocío Jurado. En palabras de la propia Marisa, en una entrevista reciente, la ruptura fue un momento doloroso: “La separación fue traumática, tremenda”, reveló a la revista Icon.
En 2016, durante una entrevista para la web de AISGE, Marisa compartió una anécdota curiosa: “Cuando vivía en Pozuelo, un día el coche me dejó tirada en el túnel del Arco de la Victoria. Tuvo que venir la policía a rescatarme porque llegaba tarde a la función. Así que me dije: nunca más. Ahora vivo al lado del Teatro María Guerrero, del Marquina, del Español, de la Gran Vía... Y si hay huelga de autobuses, voy a pie.”
En aquel momento, la actriz residía en un piso de 130 metros cuadrados en el cotizado barrio de Justicia, donde compartió su vida con Chema Prado, el director de la Filmoteca durante 27 años, quien también falleció. Esta propiedad, según los datos de Idealista, podría estar valorada en alrededor de un millón de euros, considerando el precio del metro cuadrado en esa zona de Madrid.
Marisa siempre disfrutó de vivir en el centro de la ciudad, donde le encantaba pasear, ir de compras y disfrutar de una buena charla en alguna terraza con amigos. Antes de su fallecimiento, la actriz estaba ensayando la obra *Cargada de futuro*, dirigida por Lluís Pasqual, que estaba programada para estrenarse en febrero en el teatro Romea en Barcelona.
Antes de mudarse a su último hogar, Paredes vivió en un espectacular piso de alquiler en las emblemáticas Torres Blancas, ubicadas en la Avenida de América. Este apartamento, de 120 metros cuadrados en la planta 21, le traía recuerdos entrañables. Recordó en Architectural Digest que “aquella primera época fue divertidísima. Había un restaurante buenísimo en la última planta al que, ocasionalmente y debido a su alto costo, le pedíamos que nos preparara la comida y ¡nos llegaba a través del montaplatos! Era todo mágico y tan misterioso.”
Marisa Paredes dejó un legado imborrable en el cine y en el corazón de quienes la admiraban, y su elegancia y sencillez continúan siendo un ejemplo para muchos.