En una jornada épica en Montmeló, el joven talento Álex Márquez brilló en la clasificación, logrando su primera pole del año. El ambiente era electrizante, con su hermano Marc listo para dar batalla y Quartararo acechando para reclamar la victoria.

A pesar de las expectativas, las KTM no lograron destacar; Acosta se posicionó en quinto, mientras que Binder arrastraba una jornada decepcionante en el undécimo lugar. Por su parte, Bagnaia, hundido en la vigésima primera posición, se encontraba atravesando una de las rachas más duras de su carrera.

La carrera comenzó con buen pie para Pedro Acosta, manteniendo el orden de la parrilla, pero fue Marc quien, tras un movimiento audaz, buscaba alcanzar a su hermano, quien ya había abierto distancia. Di Giannantonio, en un intento decidido, logró escalar a la cuarta posición.

La suerte no sonrió al actual campeón Jorge Martín, quien se vio involucrado en una caída en la séptima vuelta. Su regreso a la competencia ha estado marcado por actuaciones irregulares. La carrera también se tornó peligrosa con accidentes de Aldeguer y Bezzecchi, después de una pérdida de tracción.

El momento crucial llegó a solo cuatro vueltas del final cuando Álex Márquez perdió el control en la curva diez, lo que permitió a su hermano Marc tomar la delantera y poner en bandeja la victoria y, con ello, la posibilidad de un nuevo título mundial.

Sin cometer errores, Marc volvió a deslumbrar ganando la carrera al esprint y dependía de un resultado favorable en San Marino. Si este domingo, no pierde más de dos puntos frente a Álex, podría coronarse campeón la próxima semana. En el cuadro de pilotos que completaron los puntos, Quartararo, Di Giannantonio, Acosta, Bastianini, Binder, Zarco, Marini y Ogura demostraron su valor, pero todos los ojos están puestos en la batalla de los hermanos Márquez.