La Comunidad Valenciana enfrenta las consecuencias devastadoras de la DANA (Depresión Aislada en Niveles Altos), que ha dejado a su paso una estela de destrucción en varios municipios. Catarroja, una de las localidades más golpeadas, ha visto como sus calles se convirtieron en ríos, causando estragos en diversas propiedades.

Saray, quien reside en Catarroja, tenía una pequeña tienda de ropa gestionada junto a su madre. En medio de la tormenta, Saray se encontraba trabajando cuando comenzó a notar cómo el agua se filtraba inexorablemente en su local. A pesar de sus desesperados intentos por contener la inundación, las aguas desbordadas fueron implacables, forzándolas a buscar refugio en el edificio cercano, donde otros vecinos también hallaron albergue y les proporcionaron ropa para salir adelante.

Una vez que las lluvias cesaron, Saray se enfrentó a la cruda realidad: su tienda, que contaba con un espacio de 160 metros cuadrados, fue arrasada. “Creo que he perdido unos 150.000 euros”, lamenta. Este desastre también ha afectado a muchos otros comerciantes de la zona, quienes luchan por sobrevivir ante los daños materiales y la incertidumbre económica.

Las autoridades locales han comenzado a evaluar los daños y prometen ayuda para los afectados, pero muchos temen que la recuperación llevará tiempo. La historia de Saray no es un caso aislado; se repite en toda la región, donde familias enteras están lidiando con las consecuencias de esta catástrofe natural. ¿Sobrevivirán sus negocios ante esta crisis? La situación es alarmante y los próximos meses serán cruciales para la recuperación de Catarroja y sus habitantes.