En un intensivo examen en la Eurocámara, el candidato propuesto por el ultraderechista húngaro Viktor Orbán, el comisario Laszlo Varhely, defendió su posición ante las acusaciones de misoginia y su papel en la legislación sobre el aborto. ‘¿Por qué piensa que no soy un aliado de las mujeres? Vivo con cuatro mujeres: tengo tres hijas y una esposa. ¿No me considera un aliado?’, argumentó Varhely.

El interrogatorio se centró en las políticas de su gobierno en Hungría, donde se han implementado restricciones significativas al derecho al aborto. Entre las más controvertidas, está la obligatoria escucha del latido fetal para las mujeres que buscan interrumpir su embarazo. La Eurocámara cuestionó su compromiso con los derechos de las mujeres y el colectivo LGTBI, especialmente debido a las restricciones que su administración ha impuesto.

Varhely aseguró que la legislación sobre el aborto es una cuestión que le compete a cada estado miembro de la UE, argumentando que ‘no existen competencias europeas en esta materia’ y que esto es una parte de los derechos humanos y constitucionales. Sin embargo, los progresistas en la Eurocámara se mostraron escépticos respecto a su afirmación de ser un defensor de los derechos sexuales y reproductivos.

La situación se complicó aún más para Varhely cuando no logró obtener el respaldo necesario de dos tercios de los coordinadores de las comisiones que le examinaron. El eco de su mala relación con los eurodiputados se hizo sentir de nuevo, ya que anteriormente había descalificado a algunos de ellos en un momento poco diplomático, refiriéndose a ellos como ‘idiotas’. Aunque evitó una derrota total, recibió una clara advertencia sobre sus calificaciones.

Los socialistas y liberales, así como los verdes, expresaron su frustración: ‘¿Cómo podemos confiar en un Comisario de Sanidad que no crítica a su propio gobierno por elegir vacunas no aprobadas en Europa, mientras desprecia las necesidades de las mujeres en su país?’, preguntó Pascal Canfin, eurodiputado liberal, enfatizando la incoherencia de Varhely al proclamarse un aliado de las mujeres.

A raíz de esta sesión, Varhely deberá responder a preguntas por escrito antes de que se realice otra reunión de los coordinadores para determinar si su nombramiento procede. Si la votación no resulta favorable, podría enfrentarse a más interrogaciones o incluso un nuevo examen oral. De no conseguir el apoyo necesario, Orbán tendría que proponer a otro candidato, lo que podría atrasar aún más la formación del nuevo gobierno comunitario, prevista para el 1 de diciembre. Esta situación reaviva el debate sobre cómo las políticas húngaras pueden influir en la toma de decisiones en la Unión Europea, especialmente en lo que respecta a la salud y los derechos humanos.