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El colapso del proceso de paz con el ELN: secuestros y la suspensión de los diálogos con el Gobierno de Petro

2025-01-17

Autor: María

El Ejercito de Liberación Nacional (ELN), la única guerrilla activa en Colombia, se encuentra nuevamente en el limbo del diálogo de paz con el gobierno de Gustavo Petro. Tras un cese al fuego histórico que duró seis meses y se prorrogó por un año, el acuerdo ha fracasado y el proceso se ha paralizado por múltiples factores, incluyendo la reincidencia en el secuestro.

Aunque se había acordado la "suspensión de las retenciones con fines económicos", en mayo la guerrilla anunció su intención de retomar este controvertido método de financiamiento a pesar de los compromisos contraídos. Este nuevo ciclo de violencias se intensificó con el secuestro del padre del futbolista Luis Díaz, lo que pone de manifiesto la crisis del proceso, ya que coincidió con una serie de ataques armados de la guerrilla en la región del Catatumbo, donde se reactivó el enfrentamiento con disidencias de las FARC. Esta violencia dejó un trágico saldo de al menos 30 muertos entre civiles y líderes sociales, lo que llevó al presidente Petro a calificar las acciones del ELN como crímenes de guerra.

El 17 de enero de 2025, Petro decidió suspender las conversaciones tras una serie de ataques del ELN, argumentando que el grupo armado no tiene voluntad de paz. El senador Iván Cepeda, miembro de la delegación gubernamental, exigió que el ELN declare claramente su intención de avanzar hacia la paz.

A pesar de este escenario sombrío, el Gobierno continúa explorando paralelamente diálogos con el Frente Comuneros del Sur, un grupo que se escindió del ELN y ha optado por desvincularse de su liderazgo nacional. Este frente busca un acuerdo que podría abrir nuevas posibilidades en la búsqueda de la paz, mientras las conversaciones con el ELN permanecen congeladas. En este contexto, el secuestro se ha convertido en un tema recurrente y problemático en todas las negociaciones previas, evidenciando la falta de avances significativos desde la firma del cese al fuego bilateral.

Al cierre del tercer ciclo de negociaciones, la nueva agenda de diálogos fue presentada al público, incluyendo puntos cruciales como la participación de la sociedad en la construcción de la paz y el fin del conflicto armado. Sin embargo, una tranquilidad duradera parece lejana, ya que el último cese al fuego se terminó el pasado 3 de agosto.

Los actores internacionales también han tomado parte en este proceso, con países como Cuba y Noruega como garantes de la negociación. La presencia del ELN en regiones fronterizas con Venezuela complica aún más la situación, ya que se ha denunciado la complicidad de fuerzas venezolanas en la actividad del grupo.

El futuro de los diálogos con el ELN queda en un delicado balance. Con un panorama marcado por el recrudecimiento de la violencia, los colombianos se preguntan si alguna vez se alcanzará un acuerdo duradero que ponga fin a décadas de conflicto y sufrimiento en el país.