El laboratorio de ideas del Partido Popular parece haber tocado fondo. Si hace un mes utilizaron la Inteligencia Artificial para criticar al Gobierno progresista con su controvertido vídeo La isla de las corrupciones, ahora intentan hacer reír con un sketch al estilo del famoso programa Camera Café, pero con personajes de carne y hueso que no logran convencer.

Esta vez, el elenco es, sin duda, peculiar. El protagonista es Ismael Sirio López Martín, diputado del PP en la Asamblea de Madrid, quien se esfuerza por acercarse más al humor que al arte dramático. Sin embargo, los verdaderos protagonistas de este espectáculo son Alfonso Serrano, portavoz del PP en la Asamblea de Madrid, quien aparece en un llamativo atuendo descamisado, junto a Vito Quiles, conocido por su retórica ultra.

El resultado es un conjunto de líneas de guion que parecen haber sido escolarmente aprendidas, con un intercambio de ideas de ínfima calidad que se jacta de defender la libertad, pero en realidad desvela la falta de creatividad y genuinidad de sus autores. Este tipo de presentaciones ponen de manifiesto lo absurdo de un think tank que parece estar más interesado en la burla que en la política constructiva.

Las reacciones en redes sociales no se han hecho esperar, y el consenso es claro: muchos espectadores han advertido sobre el alto nivel de incomodidad que puede generar ver el vídeo completo. Expertos en psicología del comportamiento advierten que el contenido podría causar hasta daños cerebrales, debido a la vergüenza ajena acumulada al observar tales actuaciones.

En plena era digital, el Partido Popular se enfrenta a un dilema: ¿será capaz de reconectar con los ciudadanos o seguirá atrapado en un ciclo de contenido bochornoso que poco aporta a la política española? La pregunta está en el aire, y solo el tiempo dirá si logran recuperarse de esta patética presentación.