La llegada del ordenador cuántico Willow de Google ha encendido las alarmas en el mundo de las criptomonedas. Prometiendo resolver problemas complejos en solo 5 minutos, mientras que los superordenadores tardarían más que la edad del universo, esta innovación ha llevado a muchos a cuestionar la seguridad de los sistemas criptográficos actuales, especialmente el Bitcoin. ¿Estamos ante una inminente crisis para el cifrado de la red Bitcoin?

El principal algoritmo de minería del Bitcoin, conocido como SHA-256, se encuentra en una situación precaria. Este algoritmo de hash de 256 bits, que se basa en la dificultad de encontrar colisiones, podría no resistir la fuerza de los ordenadores cuánticos. Además, el 'Elliptic Curve Digital Signature Algorithm' (ECDSA), que asegura las transacciones dentro de la red, también podría verse comprometido. Aunque estos algoritmos parecen prácticamente invulnerables a los ordenadores clásicos, la amenaza cuántica se presenta como una posibilidad cada vez más cercana.

Carlos Pérez Delgado, investigador en la Escuela de Computación de la Universidad de Kent, ha manifestado que si tuviera acceso a un potente ordenador cuántico, podría suplantar el control de todo el Bitcoin. Una investigación publicada en ArXiv advierte que la seguridad de la red Bitcoin podría estar en peligro en la próxima década, lo que aumenta la urgencia de soluciones.

Pero hay luz al final del túnel. Este estudio analiza no solo los riesgos, sino también las medidas necesarias y el tiempo requerido para proteger la red. Para evitar que los ordenadores cuánticos comprometan el cifrado, se deberá llevar a cabo una actualización del protocolo actual, un proceso que implicará serios costes.

Los investigadores estiman que, si se opta por un apagón total de la red para realizar la actualización, se tardarían alrededor de 76 días en llevarla a cabo, con un coste calculado en 912 millones de dólares. Sin embargo, la alternativa menos drástica, que consiste en destinar el 25% de los servidores a la actualización del protocolo, podría mantener el funcionamiento de la red, aunque afectaría la velocidad de minado.

El Bitcoin podría no ser el primer criptomoneda en caer ante la amenaza cuántica, pero es un llamado urgente a la reflexión sobre su futuro. Mientras que la llegada de los ordenadores cuánticos no se prevé para los próximos años, se están desarrollando alternativas de criptografía cuántica. Cualquier emprendimiento que busque perdurar en el tiempo debe considerar esta eventualidad.

Gracias a la investigación de la Universidad de Kent, el mundo del Bitcoin ya tiene un panorama claro de la inversión que se requiere para actualizar su cifrado y salvaguardar su relevancia en el futuro financiero global. ¡No te quedes atrás y prepárate para la revolución cuántica!