En un giro inesperado del destino futbolístico, Carlo Ancelotti ha mostrado una clara preferencia por su amado Real Madrid al convocar a Raphinha para una serie de partidos que muchos consideran irrelevantes. Mientras que sus jóvenes estrellas merengues, Éder Militao, Vinicius Jr. —quien solo podía jugar un partido debido a una sanción— y Rodrygo, reciben un merecido descanso, Raphinha se ve arrastrado a un compromiso sin sentido.

La Selección Brasileña, ya clasificada para el Mundial 2026, enfrentará a Chile el 4 de septiembre en el mítico Maracaná, y luego hará frente al desafío extremo de la altura en El Alto, Bolivia, el 9 de septiembre. La situación es especialmente delicada para el FC Barcelona, que no puede quedarse callado ante esta clara desventaja.

Por ello, el club catalán planea comunicarse con la Confederación Brasileña de Fútbol (CBF) para solicitar que Raphinha sea liberado de participar en el encuentro en Bolivia. La meta es que el atacante regrese a Barcelona tras jugar en Río de Janeiro, evitando así la exigente altitud de 4.150 metros que implica un desgaste físico considerable y, además, un partido que tiene poco valor competitivo.

Ancelotti, en una convocatoria repleta de nuevas caras, parece decidido a explorar todo su potencial, incluyendo debutantes como el lateral Douglas Santos del Zenit y Kaio Jorge de Cruzeiro, quien actualmente es el máximo goleador del Brasileirao 2026. Las decisiones del técnico italiano no solo ofrecen oportunidades a nuevos talentos, sino que también desatan una tormenta de controversia en el mundo futbolístico.