Raquel Campoy recibió la devastadora noticia de que tenía cáncer justo después de dar a luz a su segunda hija. A sus 39 años, y con un pequeño de 18 meses en casa, su vida dio un giro inesperado al ser diagnosticada con cáncer de mama metastásico. Su historia no es un caso aislado; hay un creciente número de pacientes menores de 50 años que están llegando a las consultas de oncología, y esto está generando preocupación en la comunidad médica.

Un estudio reciente publicado en The Lancet Oncology muestra una alarmante tendencia: la incidencia de cáncer de colon, el tipo más común, ha aumentado significativamente en jóvenes de varios países occidentales, incluyendo Nueva Zelanda, Reino Unido, Chile y Puerto Rico. Esta investigación advirtió que el aumento de casos exige innovaciones en prevención y control, centrándose en factores como la nutrición, la falta de actividad física y la obesidad, que parecen ser más difíciles de manejar que las antiguas epidemias de tabaquismo.

Aunque España por ahora se mantiene al margen de esta tendencia, oncólogos consultados consideran que es solo cuestión de tiempo antes de que los números aumenten. En Granada, un registro provincial revela que el número de casos de cáncer ha crecido un 0.8% en hombres y un 2.5% en mujeres desde 1985 hasta 2018. Las cifras son alarmantes: el cáncer de pulmón aumentó un 5.1% en mujeres y el cáncer testicular un 7.8% en hombres en el mismo periodo.

El enigma de por qué más jóvenes están siendo diagnosticados se vuelve más complicado. "El cáncer suele asociarse con el envejecimiento", señala María José Sánchez, directora del Instituto de Investigación Biosanitaria de Granada. La clave está en investigar las causas, no solo en contabilizar casos, como afirma la misma Sánchez.

Ángela Lamarca, oncóloga de la Fundación Jiménez Díaz, comparte que están observando un aumento en el número de diagnósticos en etapas avanzadas de la enfermedad, lo que plantea la pregunta de si estos cánceres son más agresivos o simplemente se detectan más tarde porque los jóvenes no consideran que una enfermedad seria pueda afectarlos.

Los hábitos de vida son un factor que podría contribuir a esta tendencia alarmante. Con un aumento en la obesidad y dietas más ricas en calorías, los expertos sugieren que una microbiota intestinal no saludable podría también influir en el desarrollo del cáncer. En el caso del cáncer de colon, un mayor porcentaje de diagnósticos en jóvenes se puede atribuir a antecedentes familiares, lo que indica un componente genético más significativo.

El impacto del cáncer en personas jóvenes es un tema que no solo afecta a la salud física; también produce un efecto dominó en su vida personal y profesional. Raquel Campoy señala que muchas mujeres jóvenes que enfrentan esta enfermedad quedan en una situación financiera precaria debido a su incapacidad para trabajar. "Cada día, 18 mujeres en España mueren de cáncer de mama", destaca Campoy, quien busca crear conciencia sobre la batalla que enfrentan mujeres jóvenes con cáncer.

La historia de Virginia Gil, diagnósticos de cáncer de cuello uterino a los 39 años, es un indicador de que este problema está afectando a la población que aún tiene muchas metas personales y profesionales por cumplir. Su tratamiento ha sido largo y difícil, y aunque ha participado en ensayos clínicos, ella misma describe su calidad de vida como una sombra de lo que solía ser. A medida que el perfil de los pacientes con cáncer se transforma, es esencial que la comunidad médica reconozca la importancia de abordar las complicaciones únicas que surgen en este grupo demográfico.

La batalla contra el cáncer ya no es solo una cuestión de edad; es una cuestión de salud pública que debe ser abordada urgentemente. La concienciación y la vigilancia son fundamentales si queremos frenar el creciente número de diagnósticos en jóvenes. La vida puede cambiar en un instante y es crucial actuar antes de que sea demasiado tarde.