Este 5 de noviembre de 2024, millones de estadounidenses se han dirigido a las urnas en unas elecciones transcurridas en un clima de desconfianza y tensiones crecientes, exacerbadas por la desinformación que ha circulado en los últimos días. Sin embargo, a pesar de estos factores, la jornada electoral ha seguido su curso con relativa tranquilidad en la mayor parte del país.

Kamala Harris, actual vicepresidenta y candidata demócrata, y Donald Trump, expresidente y candidato republicano, llegan a estas elecciones en un virtual empate, según diversas encuestas que pronostican una contienda reñida. Este escenario ha elevado la participación, con más de 75 millones de personas que ya habían votado anticipadamente, particularmente en estados cruciales como Georgia.

Los primeros centros de votación abrieron a medianoche, lo que marcó el inicio de un día histórico para la política estadounidense. Georgia ha llamado la atención por su récord de votación anticipada, con el 56% de los electores ya habiendo emitido su voto de manera anticipada o por correo, lo que podría facilitar una rápida tabulación de resultados una vez cierren las urnas.

En las últimas horas, la vicepresidenta Harris realizó una inesperada visita a la sede del Partido Demócrata en Washington, donde se unió a un grupo de voluntarios para motivar a los votantes a acudir a las urnas. Esta acción fue un intento de inyectar energía a la base demócrata justo cuando se necesita más.

Por su parte, en Wall Street, los mercados mostraron signos de optimismo a pesar de la incertidumbre electoral. El índice Dow Jones y el Nasdaq experimentaron ligeras subidas, reflejando la fortaleza de la economía y una quietud temporal entre los inversores, que esperan resultados claros en los próximos días.

Sin embargo, no todo ha sido una jornada tranquila. Incidentes como amenazas de bomba en varios centros de votación en Georgia, que luego se determinaron como falsas, y problemas técnicos con las máquinas de votación en Pensilvania que provocaron una extensión en el horario electoral, han añadido un nivel de riesgo y tensión. Además, el FBI advirtió sobre la circulación de desinformación, incluyendo noticias falsas que intentan alterar la confianza pública en el proceso electoral.

Mientras tanto, los ojos también están puestos en la votación de competitivos estados bisagra como Wisconsin y Michigan, donde ambos candidatos necesitan ganar para asegurar una victoria en el Colegio Electoral. En un pequeño pueblo de New Hampshire, los primeros resultados anunciados revelaron un empate, simbolizando el cierre de esta sorprendente jornada.

La participación masiva en las elecciones y la incertidumbre sobre el resultado final indican que se avecinan días cargados de tensiones, ya que las cifras iniciales podrían no ser concluyentes y el recuento podría extenderse ante la espera de una victoria clara. Con más de 80 millones de votos anticipados y un día lleno de incidentes, la nación permanece en vilo por el desenlace de este crucial evento democrático.

En este clima cargado de emociones y expectativas, el deber de cada voto se convierte en una prioridad ineludible para los ciudadanos, quienes darán forma al futuro del país en esta jornada electoral.