La idea de dividir Google ha cobrado fuerza en Estados Unidos. El Departamento de Justicia ha manifestado que plantea esta radical opción como una potencial solución ante su juicio por prácticas monopolísticas. Esto viene a raíz de recurrentes quejas sobre el dominio que tiene Google en el mercado de búsqueda, navegadores y sistemas operativos.

El plan es separar los diferentes segmentos del gigante tecnológico. Imaginemos un escenario donde el buscador, Chrome y Android operen como empresas independientes. Tal división no solo tendría un profundo impacto en Google, sino que alteraría la dinámica de toda la industria tecnológica.

Desde el Departamento de Justicia, argumentan que esta ruptura es esencial para "prevenir y restringir el mantenimiento de monopolios" y asegurar competencia real en el sector. Se están evaluando los acuerdos existentes entre Google y empresas como Apple, que incluyen el controvertido acuerdo por el cual Google es el buscador predeterminado en dispositivos iPhone, valorado en aproximadamente 20 mil millones de dólares al año.

En respuesta a esta situación, Google ha calificado la propuesta como radical. Lee-Anne Mulholland, vicepresidenta de asuntos regulatorios de la compañía, ha defendido que dividir la empresa tendría efectos adversos significativos para los consumidores, planteando varios puntos críticos:

1. **Privacidad y seguridad**: Google sostiene que utiliza la información de las búsquedas para fortalecer sus protocolos de seguridad.

2. **Innovación en inteligencia artificial**: La compañía argumenta que la IA es esencial para su modelo de negocio y su separación obstaculizaría el desarrollo tecnológico en este ámbito.

3. **Interconexión entre Chrome y Android**: Según Google, la separación de estos dos productos afectaría su competitividad frente a Apple y su App Store.

4. **Impacto en la publicidad digital**: Un cambio en su estructura podría dañar a pequeñas empresas que dependen de la visibilidad que su plataforma publicitaria les ofrece.

5. **Consecuencias negativas para socios**: Esta división también podría perjudicar a empresas que dependen de su ecosistema, como Mozilla y fabricantes de dispositivos Android.

Es importante mencionar que esta no es la primera vez que se plantea esta propuesta. En 2014, la Unión Europea ya había considerado la opción de separar los diferentes servicios de Google, sugiriendo que el buscador y otros servicios comerciales deberían operar de manera independiente. Desde entonces, ha habido múltiples llamados sobre la necesidad de regular la influencia de Google en el mercado, aunque la implementación de medidas concretas ha enfrentado muchos obstáculos.

La atención ahora se centra en cómo el Departamento de Justicia de EE.UU. procederá con esta idea. Las posibles repercusiones son enormes, no solo para Google, sino para el futuro de la competencia tecnológica y la regulación en una era digital que parece cambiar a un ritmo vertiginoso. ¿Es esta la medida que finalmente traerá equidad al ecosistema digital o simplemente es otra vuelta de tuerca en la larga lucha por el control del ciberespacio? Solo el tiempo lo dirá.