El 15 de octubre marcó un hito en la vida de Dulceida y Alba Paul Ferrer con la llegada de su primera hija, Aria. La influencer, que había hecho planes para un parto vaginal, se vio obligada a pasar por una cesárea, lo que le causó una gran frustración. En un video sincero que compartió en Instagram, Dulceida relató cómo se sentía al no poder levantarse y disfrutar al máximo de su recién nacida.

"Me siento increíblemente feliz de tener al amor de mi vida en mis brazos", expresó tras salir del hospital, dejando claro que, a pesar de las complicaciones, se sentía en la cima del mundo.

La expectativa en redes sociales no tardó en hacerse notar. Los fans comenzaron a especular si Dulceida mostraría la cara de su hija, cuestión que ha estado en el aire dado que otras influencers como Marta Pombo y Verdeliss no han dudado en compartir los rostros de sus pequeños. La creadora de contenido había optado por mantener un nivel de privacidad para Aria, asegurando que solo compartiría fotos donde no se reconociera claramente su rostro.

Sin embargo, la influencer tomó una decisión diferente al llegar la Navidad. Para celebrar la festividad, Dulceida compartió un conmovedor carrusel de imágenes familiares donde se puede ver a las dos mamás junto a la pequeña Aria en lo que refleja pura felicidad. "Nuestra primera Navidad. Felices fiestas preciosis (sic)" fue el mensaje que acompañó la publicación.

No obstante, este cambio de postura ha generado un mar de críticas en las redes sociales. Muchos seguidores y detractores han expresado su preocupación por la falta de privacidad que enfrentan los hijos de los influencers. Comentarios como "Aunque sea un bebé, hay que respetar su privacidad" o "Lo rápido que se le fue 'el instinto protector'" han comenzado a circular, reabriendo un debate que ha existido durante años sobre la exposición de los niños en el mundo digital.

Además, este incidente ha suscitado preguntas más profundas sobre la ética en la crianza pública, ya que Aria, a tan solo ocho semanas de vida, ya está bajo los reflectores de la fama digital. No es la primera vez que Dulceida se enfrenta a este tipo de críticas, pero esta ocasión ha resonado especialmente, dado el impacto de sus elecciones en la vida de su hija.

Así que, lo queramos o no, el rostro de Aria ya es conocido por muchos, y la influencia de las redes sigue desdibujando los límites de la privacidad familiar. ¿Qué opinas tú? ¿Deberían los influencers ser más cuidadosos con la privacidad de sus hijos, o es parte del juego en el mundo digital?