¡Desvastadora tormenta en Málaga! El caos se apodera de la provincia tras un diluvio sin precedentes
2024-10-30
Autor: Lucia
La provincia de Málaga vivió ayer un verdadero vendaval meteorológico que la llevó de disfrutar de un espectáculo de rayos –cerca de 1.500 en pocas horas– a enfrentarse a una devastadora tormenta que sumió a la región en un caos absoluto. Desde primeras horas de la mañana, el cielo se oscureció y las intensas lluvias, acompañadas de potentes truenos, comenzaron a causar estragos.
Álora, Pizarra y Cártama, localizaciones del Valle del Guadalhorce, fueron algunas de las más afectadas, donde en tan solo 12 horas se registraron más de 160 litros de lluvia por metro cuadrado en Álora, concretamente en la zona del Azud de Paredones. El resultado fue un paisaje desolador, con el río Guadalhorce desbordándose y arrastrando vehículos en su cauda, inundando fincas y hogares.
Muchos residentes se vieron obligados a rescatarse a sí mismos subiendo a sus tejados debido a la creciente del río. Las carreteras, ya congestionadas de por sí, se transformaron en auténticas trampas de agua, complicando todavía más la situación. Colegios e institutos quedaron inundados y un tren AVE sufrió un descarrilamiento por el elevado nivel de agua.
El número de incidencias reportadas a los servicios de emergencia ascendió a 291, la mayoría de ellas concentradas entre las 10:00 y las 15:00 horas. Sorprendentemente, pese a las adversas condiciones, el Ayuntamiento de Málaga decidió continuar con un simulacro de terremoto programado, que obligó a activar un servicio extraordinario de bomberos.
La Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) no tardó en elevar la alerta a rojo, siendo superados los 120 litros de lluvia en seis pluviometros de la comarca. A pesar de la situación crítica, el director de la Aemet en Málaga, Jesús Riesco, indicó poco antes de las 15:00 que “lo peor ya ha pasado”, aunque previó que las lluvias continuarían hasta el viernes, aunque “con menor intensidad”.
La DANA, que dio paso a una tormenta de carácter aislado y menos violento, es responsable de este fenómeno extremo debido a condiciones climáticas específicas que se dieron en la región. Las imágenes del río desbordado evocan recuerdos trágicos, como las inundaciones devastadoras de 1989 que cobraron la vida de seis personas. Sin embargo, Riesco destacó que, aunque la situación era grave, no se compara con aquella tragedia.
Cártama, en particular, fue un punto crítico donde se activaron todas las alarmas cuando el caudal del río alcanzó los 4,5 metros. A raíz de esto, se desalojaron varias viviendas y se cortó la carretera, mientras que los servicios de emergencia rescataron a vecinos utilizando lanchas y helicópteros.
La situación también afectó gravemente a localidades interiores como Valle de Abdalajís y Villanueva de la Concepción. En estas áreas, el desbordamiento del Arroyo de las Piedras recordó los daños ocasionados por las inundaciones de 2012, donde la comunidad vivió momentos de gran angustia. Lo mismo ocurrió en Villanueva de la Concepción, donde muchos caminos y carreteras terminaron anegados.
Las carreteras se vieron sumidas en el caos: fuertes acumulaciones de agua, caídas de árboles y deslizamientos de tierra complicaron la movilidad. En la capital, la avenida Lope de Vega quedó cerrada por un hundimiento de calzada, dejando a los conductores atrapados en la desesperación.
En el ámbito ferroviario, el descarrilamiento de un tren AVE en Álora, que llevaba a 276 pasajeros, afortunadamente no dejó heridos, aunque la tragedia estuvo muy cerca. Otros trenes también sufrieron alteraciones en su ruta, resultando en una cadena de caos administrativo y logístico.
Más de una docena de colegios también enfrentaron problemas, desde inundaciones hasta cortes de luz, siendo algunos de ellos cerrados. En el Colegio San Estanislao de Kostka, en El Palo, los alumnos utilizaron sacos de arena para contener las aguas.
Sin embargo, no todo son malas noticias: los embalses de la provincia se beneficiaron con cantidades notables de agua, aumentando 21 hectómetros en un corto período, algo crucial para la gestión hídrica en Málaga. El martes, los embalses tenían poco más de 95 hectómetros cúbicos, mientras que tras el episodio de ayer, lograron alcanzar 116,52 hectómetros, según datos de la red Hidrosur.
Sin duda, los efectos de esta tormenta en Málaga se sentirán durante un tiempo, dejando a su paso un rastro de destrucción, pero también una lección sobre la importancia de la preparación ante fenómenos naturales extremos. ¡Estar atentos a los informes meteorológicos puede ser la clave para la seguridad de todos!