La percepción de la economía en España está lejos de ser optimista, incluso con proyecciones de crecimiento que sitúan al país como líder en el ámbito europeo. Según la III Encuesta Funcas de Navidad (2024), realizada a 1.500 ciudadanos, solo un 20% de los encuestados considera que este año ha sido favorable para la economía. En contraste, la mitad lo ve como un año "regular" y un 30% lo califica como "malo".

El desencanto económico es más pronunciado entre las mujeres, de las cuales solo el 17% aprecia 2024 como un buen año. En la franja de edad más joven, entre 18 y 24 años, el pesimismo es alarmante, ya que únicamente el 7% sostiene que ha sido un año positivo. Este panorama se asemeja a las preocupaciones sobre su futuro laboral y la creciente precariedad en el mercado de trabajo que afecta a las nuevas generaciones.

Sin embargo, cuando los encuestados evalúan la economía desde una perspectiva personal, las cifras son más alentadoras: un 37% se considera satisfecho con su situación económica personal en 2024. Esto pone de manifiesto una desconexión entre la opinión general sobre la economía y la percepción individual, lo que sugiere que muchos pueden estar disfrutando de estabilidad en sus hogares a pesar de la situación general.

A la vista del próximo año, las opiniones se muestran ligeramente más optimistas pero siguen siendo cautas. Solo un 25% espera que 2025 sea mejor, mientras que un 49% lo califica como "regular". Esta parálisis en las expectativas económicas es particularmente notable entre la población joven, donde el 87% se siente poco esperanzado.

Más allá de las cuestiones económicas, la encuesta también revela un descenso en el entusiasmo por las festividades navideñas. Este año, más de la mitad de los encuestados (56%) dice sentir poca o ninguna ilusión por las celebraciones, un aumento considerable respecto a años anteriores. Las diferencias generacionales son evidentes, con jóvenes mostrando más entusiasmo en comparación con los mayores, donde el 61% de los encuestados de más de 64 años se siente desilusionado por las festividades.

En resumen, España se encuentra en un ciclo de incertidumbre a medida que avanza hacia 2025. Las expectativas son mixtas y reflejan un temor palpable, particularmente entre las generaciones más jóvenes. Con cada vez más personas desconectadas de la realidad económica general, surge la pregunta: ¿qué se puede hacer para reactivar el optimismo en un futuro tan incierto?