Los habitantes de los municipios más golpeados por la reciente dana se están viendo forzados a realizar verdaderas maratones de escaleras. Aquellos que residen en pisos altos enfrentan una tortura diaria, especialmente las familias con niños pequeños o quienes deben cargar con bolsas de la compra. La situación es aún más crítica para las personas con movilidad reducida, quienes se sienten prisioneros en sus propios hogares; algunos no han salido de casa en más de dos meses.

Los ascensores en lo que se ha denominado la "zona cero" permanecen precintados. La Asociación Valenciana de Ascensores (Ascencoval) ha realizado una estimación alarmante: cerca de 10.000 elevadores han sido severamente dañados debido a las inundaciones provocadas por las crecidas del río Magro y el barranco del Poyo. Para diciembre, la cifra de ascensores fuera de servicio se mantenía por encima de los 6.000, y esta situación no parece tener una solución rápida. Las reparaciones requieren anualmente un desembolso significativo que las comunidades de propietarios se ven obligadas a asumir.

Teóricamente, el Consorcio de Compensación de Seguros debería cubrir los costos de reparación, pero la realidad es que las comunidades deben adelantar considerablemente las sumas que alcanzan hasta 50.000 euros, pues muchas empresas ofrecen presupuestos para la sustitución del elevador en lugar de la reparación. Esto ha generado una gran preocupación entre los vecinos, quienes compartieron sus testimonios de angustia financiera.

Por ejemplo, Juan Carlos Moreno y Pilar Ródenas de Catarroja han contado cómo su comunidad se enfrenta a un presupuesto de 37.000 euros, lo que se traduce en más de 4.600 euros por puerta. "Agradecemos que nuestra vivienda no haya sufrido daños mayores, pero la percepción de que estamos atrapados sin ascensor es inaguantable. Muchos en nuestra comunidad son jóvenes, pero hemos decidido esperar la indemnización antes de tomar cualquier decisión", relatan.

Expertos del Colegio de Administradores de Fincas advierten que ante esta tragedia, las empresas se ven obligadas a ofrecer presupuestos para la sustitución total de los ascensores por cuestiones de seguridad. No se trata de reparar, sino de reemplazar, elevando las estimaciones a cifras que pueden alcanzar hasta 60.000 euros. "Los ascensores son fabricados a medida y los costos son mucho más altos que los anticipados inicialmente por el consorcio", argumentan.

Mientras tanto, la angustia crece entre las familias afectadas, que no solo enfrentan una crisis de movilidad, sino también un dilema financiero que podría dejarles atrapados por mucho más tiempo. ¡La situación es crítica y el tiempo apremia!