Ciencia

Desentrañando la Verdad sobre el Virus del Nilo con el Biólogo Jordi Figuerola: "El Mosquito Tigre No es el Villano"

2024-09-30

Este verano de 2024, el sistema sanitario andaluz ha tenido que lidiar con un aumento alarmante de contagios por la fiebre del Nilo Occidental, una enfermedad viral transmitida por mosquitos infectados. Hasta la fecha, se han reportado 8 muertes, siendo la última en Sevilla, y cerca de un centenar de casos en toda España, la mayoría en Andalucía.

Jordi Figuerola, un renombrado biólogo e investigador en el Consejo Superior de Investigaciones Científicas, ha ofrecido su conocimiento para aclarar las inquietudes en torno a esta crisis y ha instado al público a mantener la calma a pesar del susto que ha generado, incluso presente en medios de comunicación británicos.

Los mosquitos, en general, son una fuente importante de enfermedades, y es crucial tomar en cuenta que el virus del Nilo es exclusivamente transmitido por las hembras del género Culex, como Culex pipiens y Culex perexigus, y no por el ya conocido mosquito tigre, que causa otras enfermedades como el dengue o el zika.

La presencia del virus en Andalucía data desde 2003, aunque su circulación activa se estableció desde al menos 2004. A lo largo de estos 20 años, el virus ha evolucionado y ha llegado a ingresar en la región desde África y Europa. Es notable que en muchos brotes anteriores no hubo infecciones humanas evidentes, lo que ha dificultado el reconocimiento de su circulación.

El presente brote de este verano puede atribuirse a una serie de factores interrelacionados. En 2023, el virus fue detectado incluso más tarde de lo habitual, con una destacable presencia de mosquitos en noviembre, gracias a inviernos más cálidos y a fuertes lluvias en marzo y abril que favorecieron su proliferación. Además, las inundaciones en los arrozales a finales de mayo provocaron un aumento significativo en la población de mosquitos, ya que no se realizaron controles larvicidas en esas áreas.

De cara al verano siguiente, la posibilidad de nuevos contagios dependerá de la gestión adecuada de los mosquitos. Es esencial un control efectivo; caso contrario, los números de infectados podrían elevarse nuevamente, algo que podría verse agravado por los efectos del cambio climático.

Las zonas más afectadas han solicitado ayuda de las administraciones, dado que el virus del Nilo representa un problema serio de salud pública en Europa y EEUU, habiendo causado más de 3,400 infecciones graves entre 2003 y 2022. Sin embargo, comparado con el impacto de enfermedades como malaria o dengue, el virus del Nilo Occidental podría considerarse un problema menor, aunque no por ello menos serio.

Para controlar los mosquitos, Figuerola sugiere que los municipios locales adopten programas de vigilancia y control previos a la aparición de brotes. Este control puede incluir el uso de larvicidas, efectivos y no tóxicos para los humanos, que deben ser aplicados desde abril. Es vital manejar adecuadamente los criaderos potenciales, que a menudo residen en áreas urbanas.

A nivel doméstico, los ciudadanos deben estar atentos a sus propias piscinas y otros lugares donde se pueda acumular agua, como cubos o platos de las macetas, para evitar que se conviertan en criaderos de mosquitos.

Sobre la escasez de una vacuna contra el virus del Nilo, Figuerola explica que su desarrollo es complicado, ya que requiere estudios clínicos que aseguren su eficacia y seguridad. A pesar de que existen candidatos para una posible vacuna, la variabilidad y baja predictibilidad de los brotes hacen que sea un desafío desarrollar una solución rápida.

La disminución de la población de aves que se alimentan de mosquitos, como golondrinas y murciélagos, también afecta el aumento de mosquitos, lo que genera un riesgo mayor para la salud pública en temporadas cálidas.

Finalmente, Figuerola calma a los que están preocupados por la fiebre del Nilo: aunque hay muchos mosquitos, sólo una pequeña parte transmite el virus, y la mayoría de las picaduras pasan desapercibidas, provocando infecciones asintomáticas en un alto porcentaje de la población. Mantener la calma y actuar de manera preventiva es la clave para salir adelante durante este verano.