Ciencia

¡Descubren un pez con alas y patas que puede revolucionar la creación de órganos artificiales!

2024-09-26

¿Qué es realmente el Prionotus Carolinus? Al verlo por primera vez, uno podría pensar que se trata de un extraño langostino o quizás un pez con patas. Pero no, es un pez extraordinario que ha capturado la atención de los científicos debido a sus características únicas: tiene tres pares de alas y seis patas que le permiten desplazarse por el fondo marino, detectar presas ocultas bajo la arena y escarbar. Recientemente, un estudio reveló que estas patas están equipadas con unas protusiones llamadas papillae, que funcionan como un sofisticado radar, permitiéndole detectar estímulos mecánicos y químicos en su entorno.

Este descubrimiento, publicado por la American Association for the Advancement of Science, no solo hace del Prionotus Carolinus un fascinante objeto de estudio, sino que también se considera un modelo valioso para entender cómo algunas especies desarrollan rasgos específicos. Nicholas Bellono, principal autor del estudio e investigador de la Universidad de Harvard, explica que "el Prionotus Carolinus ofrece una oportunidad para comprender cómo la evolución facilita la adaptación a entornos particulares". Esto es crucial, ya que el estudio también podría brindar información sobre el desarrollo de nuevos órganos artificiales, un área de investigación que sigue avanzando a pasos agigantados.

Lo que hace aún más emocionante este estudio es que algunos factores de transcripción genética que controlan el desarrollo de las patas en el Prionotus Carolinus coinciden con los genes que regulan las extremidades en otros animales, incluidos los humanos. Esto sugiere que entender cómo estos peces funcionan puede darnos pistas sobre la evolución de la marcha en nuestra especie, un rasgo definitorio de los humanos.

El estudio fue firmado no solo por Bellono, sino también por Corey Allard, un biólogo celular y electrofisiológico del mismo laboratorio, además de expertos de la Universidad de Stanford y el Instituto Max Planck. Allard comparte que su fascinación por el Prionotus Carolinus comenzó cuando, en el Laboratorio de Biología Marina de Cape Cod en 2019, se encontró con esta curiosa criatura. "Nos lo mostraron porque sabían que nos fascinaban los animales extraños", recuerda.

Las patas del Prionotus Carolinus son en realidad extensiones de sus alas pectorales, lo que llevó a los investigadores a investigar su función como órganos sensoriales. A través de experimentos en cautiverio, comprobaron que el pez alternaba entre nadar y caminar, y que podía escarbar en la arena en busca de alimentos como mejillones, incluso sin haberlos visto. Además, se confirmó que sus patas responden tanto a estímulos mecánicos como químicos. Para ello, escondieron pequeñas cápsulas químicas en la arena, y el Prionotus fue capaz de detectarlas con facilidad.

Un giro inesperado ocurrió cuando, durante el estudio, recibieron una remesa de peces que, aunque similares al Prionotus Carolinus, carecían de la habilidad de escarbar. "Pensé que había algún problema o que el entorno que habíamos creado no era el adecuado", recuerda Bellono entre risas. Este tipo de hallazgos no solo enriquecen el contenido del estudio, sino que subrayan lo fascinante que es el mundo de la biología marina y su potencial para impactar en la tecnología médica futura.