Ciencia

¡Descubre por qué los científicos se encierran en cuevas y los secretos que han revelado!

2024-09-19

Desde hace décadas, un grupo de científicos se ha encerrado en cuevas durante meses para llevar a cabo experimentos que parecen sacados de una novela de ciencia ficción. Pero, ¿cuál es la razón detrás de estos inusuales encierros?

La premisa central de estos experimentos es comprender cómo nuestro reloj biológico se adapta a la falta de referencia entre el día y la noche. La pregunta que se plantean es sencilla y fascinante: ¿Cuáles son los efectos del aislamiento total en nuestros ciclos de sueño?

El primer experimento registrado data de 1938, cuando Nathaniel Kleitman y Bruce Richardson se adentraron en la cueva de Mammoth en Kentucky, USA. Pasaron 32 días a 42,5 metros de profundidad, aislados del mundo exterior. Su hipótesis era que, con el tiempo, sus biorritmos se alargarían a un ciclo de 28 horas. Sin embargo, sorprendentemente, mantuvieron su ciclo de 24 horas.

Veinticuatro años más tarde, el geólogo francés Michel Siffre llevó el experimento a un nivel más extremo, pasando dos meses en un glaciar subterráneo de los Alpes a una profundidad de 130 metros y solo con el apoyo de su equipo. Los resultados de Siffre fueron impresionantes: se adaptó a un ciclo de aproximadamente 48 horas, con períodos de 36 horas de actividad y entre 12 y 14 horas de sueño.

Siffre no solo repitió su experimento en solitario sino que también reclutó voluntarios, llevando a cabo expediciones aún más largas. En 1972, pasó un total de 205 días bajo tierra en una cueva en Estados Unidos. Sin embargo, esta marca fue superada recientemente en abril de 2023 por Beatriz Flamini, quien batió el récord al permanecer 500 días (no consecutivos) a 70 metros de profundidad en una cueva en Granada.

Aunque la investigación científica no era el objetivo principal de Flamini, su expedición contó con la supervisión de psicólogos y expertos en sueño que analizaron sus ritmos circadianos durante la aventura.

Estos experimentos no solo han servido para estudiar nuestros biorritmos, sino que también tienen implicaciones futuras en la exploración espacial. En la actualidad, se busca entender cómo los astronautas podrían adaptarse a largos períodos de aislamiento, como los 21 meses necesarios para una misión a Marte.

El interés por el encierro en cuevas, sin embargo, no se limita al ámbito científico. La adrenalina y la aventura desempeñan un rol vital en estas expediciones, que a menudo van acompañadas de un sentido de descubrimiento. La autoexperimentación ha sido un tema controvertido en la ciencia, con ejemplos notorios como el del químico Albert Hofmann y el LSD. A pesar de los riesgos que conlleva, el deseo de desentrañar los misterios del cuerpo humano sigue motivando a muchos a buscar respuestas en las condiciones más extremas.

En resumen, lo que empezó como un simple experimento ha evolucionado hacia un campo fascinante que combina la ciencia rigorosa con la aventura, y que continúa desafiando nuestros conocimientos sobre los límites de la física y la biología humana.