En España, la cena es una de las comidas más significativas del día, pero lo hacemos a horas poco saludables. Tradicionalmente, estamos acostumbrados a cenar tarde, a menudo alrededor de las 10 de la noche o incluso más tarde. Sin embargo, un reconocido neurólogo, el Dr. Conrado Estol, ha lanzado una alerta sobre este hábito que podría estar afectando nuestra salud de maneras que no imaginamos.

En un reciente vídeo de TikTok, el Dr. Estol argumenta que lo ideal sería cenar antes de las 18:00 horas. Él nos lleva a un viaje en el tiempo, señalando que nuestros antepasados cazadores-recolectores cenaban mucho antes, adaptándose a los ciclos naturales de luz y oscuridad que dictaban su rutina diaria. La falta de luz al caer la tarde les impedía cazar, por lo que su cena era consumida mucho antes del anochecer para evitar problemas digestivos que podrían surgir al comer y luego intentar descansar en la oscuridad.

El Dr. Estol señala que esta rutina ancestral dejó una huella indeleble en nuestros cuerpos. Nuestro sistema digestivo está diseñado para funcionar mejor durante las horas de luz, lo que significa que somos más eficientes en la mañana y el mediodía. Cenar tarde, cuando nuestro cuerpo ya está ‘preparado’ para disminuir su actividad digestiva, no solo crea una sensación de pesadez, sino que puede alterar nuestro sueño y afectar la regeneración celular.

Aprovechando la famosa frase «desayunar como un rey, comer como un príncipe y cenar como un mendigo», el Dr. Estol enfatiza la importancia de priorizar una cena ligera. Las investigaciones han mostrado que las personas que cenan antes y optan por alimentos más livianos experimentan una mejor calidad de sueño y una recuperación más eficaz durante la noche.

Además, estudios recientes sugieren que cenar más temprano está vinculado a una mejor salud metabólica, ayudando a regular el azúcar en sangre y a mantener un peso saludable. Con el creciente interés en la salud holística y el bienestar, cambiar nuestros hábitos de cena podría ser una de las claves para transformar nuestra calidad de vida.

Así que, la próxima vez que pienses en sentarte a la mesa, pregunta: ¿realmente necesito cenar tan tarde?