Desde tiempos inmemoriales, nuestras abuelas han elogiado las bondades del pescado en nuestra dieta. Hoy en día, los médicos y expertos en salud siguen defendiendo este alimento como un pilar fundamental para la salud. La Fundación Española del Corazón (FEC) ha confirmado que el consumo de pescado, especialmente de la caballa, es esencial no solo para el corazón, sino también para mejorar la producción de colágeno, lo que ayuda a combatir los efectos del envejecimiento en la piel y las articulaciones.

La caballa, un pez azul lleno de sabor, destaca por su alto contenido de grasas saludables, especialmente omega-3. Este ácido graso es clave para mantener a raya el colesterol LDL (conocido como colesterol malo) y elevar el colesterol HDL (colesterol bueno). Otras variedades, como las sardinas y el salmón, también ofrecen estos beneficios, pero la caballa es especialmente accesible tanto en fresco como en conserva.

Además de ser deliciosa y económica, la caballa es súper nutritiva: está llena de proteínas, fósforo, que es vital para la memoria, y proporciona importantes vitaminas como B6, B12, D y niacina, que son esenciales para la salud cerebral y general.

Pero eso no es todo, ¡la caballa también protege tu cerebro! Según un estudio de la prestigiosa plataforma médica Health, las dietistas Johna Burdeos y Elizabeth Barnes han demostrado que la ingesta regular de caballa tiene un efecto positivo directo en las funciones cerebrales, ayudando a prevenir enfermedades neurodegenerativas y mejorando la memoria a corto y largo plazo.

No hay excusas para no incluir este maravilloso pescado en tu dieta. Ya sea a la parrilla, al horno o en conservas, ¡haz de la caballa tu aliado para un corazón fuerte y una mente aguda! ¡Comienza a disfrutar de sus beneficios hoy mismo!