Salud

¡Descubre Cómo Empieza un Brote de Artritis Reumatoide y qué hacer para aliviarlos!

2024-11-03

Autor: Carmen

Cada año en España se diagnostican alrededor de 20.000 nuevos casos de artritis reumatoide, una enfermedad crónica que afecta principalmente a las mujeres. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), el 70% de las personas que padecen esta enfermedad son mujeres, y más del 55% tienen más de 55 años. Esta afección tiende a ser una de las más comunes entre las más de 200 enfermedades reumáticas y autoinmunes que existen, que incluyen la gota, la artrosis y el lumbago.

La artritis reumatoide se caracteriza por causar inflamación en todo el cuerpo, generando generalmente dolor en las articulaciones. Si no se trata adecuadamente, puede ocasionar daños severos en las articulaciones y en los tejidos circundantes, además de complicaciones graves en el corazón, los pulmones y el sistema nervioso.

Uno de los aspectos más preocupantes es la demora en el diagnóstico, ya que muchas personas no asocian sus síntomas con esta enfermedad reumática. Los síntomas iniciales pueden variar, pero no se conoce una causa específica. Actualmente, el tratamiento está diseñado para aliviar los síntomas, pero no existe una cura definitiva.

¿Cómo se manifiesta la enfermedad?

En sus etapas iniciales, la artritis reumatoide suele afectar primero las articulaciones más pequeñas, como las de los dedos de las manos y los pies. Con el tiempo, puede extenderse a muñecas, rodillas, tobillos y, en casos más avanzados, también a codos, caderas y hombros. Los síntomas pueden incluir rigidez, dolor en movimiento y hinchazón en las articulaciones afectadas.

¿Cómo empieza un brote?

Los brotes de artritis reumatoide a menudo comienzan con una sensación de rigidez en una o más articulaciones, acompañada de dolor y posible hinchazón. Estos síntomas pueden desaparecer tras días o semanas y luego regresar, a menudo con un patrón que se intensifica con el tiempo. La naturaleza impredecible de la enfermedad puede ser frustrante para los pacientes, quienes pueden experimentar días de alivio seguidos por episodios de dolor intenso.

Los episodios de exacerbación se conocen como brotes y pueden variar en intensidad y duración, aunque suelen ser reversibles si se tratan a tiempo. Además del dolor exacerbado y la hinchazón, otros síntomas durante un brote pueden incluir fatiga, fiebre y sudores nocturnos. Aunque las causas de los brotes no siempre son conocidas, se ha observado que el estrés y las infecciones pueden actuar como posibles desencadenantes.

Consejos para manejar un brote

Durante un brote, es importante permitir que tu cuerpo descanse para facilitar la recuperación, aunque se debe evitar permanecer completamente inmóvil. Las articulaciones necesitan movimiento para prevenir la rigidez. Realizar movimientos suaves, como elevar y bajar las piernas mientras estás sentado, puede ser beneficioso. Sin embargo, si algo causa más dolor, es fundamental detenerse inmediatamente.

Aplicar calor o frío en las articulaciones puede ayudar a reducir el dolor y la inflamación; se recomienda usar compresas durante no más de 15 minutos y siempre proteger la piel con una toalla entre la compresa y la piel.

Es crucial seguir las recomendaciones de un especialista y, si es posible, llevar un diario de los brotes para identificar patrones y desencadenantes. La atención adecuada y oportuna es esencial para controlar esta enfermedad y mejorar la calidad de vida de quienes la padecen.