Este miércoles, un nuevo incendio sin control ha estallado en el condado de Los Ángeles, lo que ha llevado a la evacuación de miles de residentes tras días de avances significativos en la lucha contra devastadores fuegos que ya han cobrado la vida de al menos 28 personas.

El incendio, conocido como Hughes, fue reportado por la mañana en el norte de Castaic. En menos de dos horas, arrasó más de 2.000 hectáreas (5.000 acres), impulsado por los fuertes vientos que azotan el sur de California, según informó el Departamento de Bomberos de California (Cal Fire).

Las autoridades están trabajando arduamente para controlar su propagación y han emitido órdenes de evacuación alrededor del lago Castaic, afectando a más de 19.000 residentes, como mencionó el canal de televisión KTLA.

Este preocupante nuevo incendio se produce tras una semana de importantes progresos en la contención de fuegos históricos que han devastado comunidades enteras desde el 7 de enero. El incendio Palisades, que ha destruido más de 9.300 hectáreas, ha sido contenido en un 68% desde su inicio hace 15 días. Por otro lado, el incendio Eaton en Pasadena arrasó más de 5.600 hectáreas y actualmente se encuentra en un 91% extinguido, según las últimas actualizaciones de Cal Fire.

El Servicio Nacional de Meteorología (NWS) ha emitido alertas de condiciones climáticas críticas para el sur de California hasta el jueves, advirtiendo sobre posibles rachas de viento que podrían alcanzar los 80 kilómetros por hora.

En medio de esta crisis, se han desplegado recursos adicionales, incluyendo unidades de bomberos de otros estados para ayudar en la lucha contra el fuego. Diversas organizaciones comunitarias también están ofreciendo refugio y apoyo a los evacuados, subrayando la solidaridad de la comunidad en estos momentos de dificultad. Sin embargo, se insta a los residentes a permanecer alerta y seguir las instrucciones de las autoridades para asegurar su seguridad.