El ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, salió al paso de las críticas del presidente de la Generalitat Valenciana, Carlos Mazón, quien había cuestionado la eficacia de la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) y la Confederación Hidrográfica del Júcar tras la devastadora dana del 29 de octubre que dejó más de 200 muertos. Durante una extensa comparecencia ante Las Cortes, Mazón lamentó que las instituciones no proporcionaron información adecuada en medio de la crisis.

Marlaska, en respuesta, se mostró firme: "No hubo apagón informativo, sino que todos los avisos fueron necesarios y permanentes". Aseguró que las acciones del Aemet y la Confederación Hidrográfica fueron ejemplares durante la emergencia.

Con las lluvias aún azotando España, la Aemet ha activado un aviso amarillo en Canarias. Desde la mañana de este sábado, las islas de Tenerife, Gran Canaria, La Palma, La Gomera y El Hierro se preparan para precipitaciones de hasta 15 litros por metro cuadrado. Esta advertencia se extiende principalmente a las vertientes oeste y suroeste de las islas.

En el contexto de Valencia, más de dos semanas tras las inundaciones, la situación es crítica. Los servicios de atención médica a domicilio están al borde del colapso, ya que muchos pacientes no pueden desplazarse a los centros de salud por problemas de movilidad. En Algemesí, la demanda de atención domiciliaria ha aumentado cinco veces respecto a lo habitual. La enfermera Alba Gregori comentó: "Aunque la emergencia ha disminuido, las necesidades siguen siendo muchas. Atendemos heridas infectadas y pacientes que simplemente no pueden salir de casa".

La saturación en la atención médica es solo el reflejo del profundo impacto que las lluvias han generado en la comunidad. Mientras tanto, un estudio revela que la riada del 29 de octubre contenía un 30% de sedimentos, lo que complicó aún más la emergencia, incrementando los riesgos de nuevas inundaciones.

Más allá de la crisis sanitaria, los datos indican que el 64% de la operatividad del alcantarillado ya ha sido recuperada en Valencia, aunque el trabajo de limpieza y reparación está lejos de terminar. Se han evacuado 17.000 toneladas de residuos y continúan los operativos de búsqueda en zonas como la Albufera.

La recuperación total aún está pendiente y el entorno comunitario se encuentra más movilizado que nunca. Voluntarios de toda España continúan llegando para ayudar a las familias afectadas, mientras que la reflexión sobre la gestión de emergencias se vuelve un tema candente en el debate político.

Las siguientes semanas serán cruciales para la recuperación de las áreas devastadas y las autoridades ya están pidiendo más ayuda al Gobierno central. Sin embargo, la comunidad está atenta y cada vez más exige responsabilidades claras en medio de este devastador panorama. Las lluvias no solo han dejado huellas físicas, sino también un llamado urgente a mejorar los protocolos de gestión de emergencias en España.