Durante el estreno de su nuevo espectáculo 'Malinche', Nacho Cano se presentó como víctima de la polémica situación que enfrenta a algunos becarios mexicanos y realizó fuertes críticas hacia la Policía, utilizando términos como "chulos", "paletos" y "macarras". Esto desató una ola de reacciones, siendo la de la periodista Cristina Pardo una de las más destacadas. "No entiendo cómo es posible que un evento cultural se convierta en una plataforma para disparar críticas políticas", expresó Pardo.

Por su parte, Chema Crespo afirmó en un video que estas declaraciones, mientras el público aplaudía, representan una clara "coacción del patrón". Además, Iñaki López se mostró sorprendido preguntando: "¿Soy el único que se da cuenta de que la presidenta de la Comunidad de Madrid está presente y aplaudiendo mientras Cano lanza ataques contra funcionarios públicos?".

Este incidente ha planteado interrogantes sobre los límites entre la cultura y la política, así como sobre el papel de los artistas en la sociedad contemporánea. Con la creciente tensión entre la administración y diversas figuras públicas, muchos se preguntan si el teatro y la música deben ser utilizados como vehículos para expresar opiniones políticas. La controversia ha generado un debate sobre la responsabilidad social de los artistas y su influencia sobre el público, con opiniones divididas que muestran un claro panorama de la polarización actual en la opinión pública española.