La cuenta atrás ha comenzado y el futuro de Ucrania está en un hilo. Donald Trump, quien asumirá nuevamente la presidencia de Estados Unidos el 20 de enero, ha dejado claro su interés por una rápida resolución del conflicto ucraniano. Esto ha encendido las alarmas en Europa, donde los líderes están acelerando sus Jornadas Diplomáticas para abordar lo que se avecina.

Durante una recientes cumbres en Berlín y Varsovia, así como encuentros bilaterales, los ministros de exteriores de la UE y sus homólogos ucraniano y británico discutieron qué estrategias adoptar ante la inminente llegada de Trump. Según Annalena Baerbock, ministra de Relaciones Exteriores de Alemania, "no se firmará una paz sin la participación de Ucrania", asegurando que este país necesitará "garantías de seguridad a largo plazo".

El contexto es crítico. Europa se encuentra ante un invierno que podría ser decisivo para el destino de Ucrania. Trump ha manifestado su intención de resolver la guerra con Rusia "en 24 horas", lo que suscita temores sobre si sus políticas debilitarán el apoyo a Ucrania. Por otro lado, ha advertido a los aliados de la OTAN sobre la necesidad de aumentar sus presupuestos de defensa para no quedar desprotegidos.

Emmanuel Macron, quien lleva una carga política propia en Francia, ha movido hilos al reunir a Trump con el presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, en París. En otra reunión en Varsovia, discutió con Donald Tusk, primer ministro de Polonia, el cual ha expandido el presupuesto militar de su país al 4,7% del PIB para 2025.

A medida que las tensiones aumentan, un nuevo enfoque está tomando forma entre los principales países de la UE. En una ilustre reunión celebrada en la Villa Borsig en Berlín, ministros de Alemania, Francia, Polonia, Italia y España, junto con representantes del Reino Unido y líderes europeos, han acordado aumentar la ayuda militar y económica a Ucrania. "Nos comprometemos a proporcionar garantías de seguridad sólidas a Ucrania", afirman en su declaración conjunta.

Zelenski, que ha hecho de la entrada en la OTAN una de sus principales prioridades, ve esto como una garantía ante cualquier acuerdo de paz que implique cesiones territoriales, aunque las potencias occidentales son cautelosas en su respuesta. Una propuesta de enviar una fuerza de paz europea de hasta 40,000 efectivos también ha sido discutida, reviviendo ideas pasadas de enviar instructores militares a la región.

Sin embargo, líderes como Kaja Kallas, alta representante de la UE, han señalado que la paz es un prerrequisito antes de cualquier misión de mantenimiento de paz. "Rusia debe detener sus bombardeos para que podamos avanzar", afirmó.

Mientras tanto, el ministro de Exteriores español, José Manuel Albares, expresó que el enfoque principal debe ser cómo proporcionar asistencia sostenible y predecible a Ucrania.

Aunque el nombre de Trump apenas fue mencionado en las resoluciones formales, su influencia está claramente marcando el ritmo de las diplomacias europeas mientras esperan su llegada. El 20 de enero se prevé no solo un cambio en la Casa Blanca, sino una nueva etapa en las relaciones internacionales que pondrá a prueba la tenacidad y la capacidad de resistencia de Europa frente a uno de los desafíos más grandes del continente en décadas. ¿Cómo responderá Europa a la encrucijada que se avecina? ¡El futuro de Ucrania y la estabilidad de Europa dependen de ello!