El clima en el vestuario del Real Madrid es palpable: caras largas, cabezas gachas y una mezcla de tensión y frustración. Tras la reciente derrota ante el Zalgiris (83-92), la situación del equipo se ha vuelto crítica y, por primera vez, los murmullos sobre el futuro de Chus Mateo como entrenador son más intensos que nunca. Florentino Pérez, presidente del club, fue testigo de esta caída en directo desde el palco, donde el ambiente era de desánimo absoluto.

Rudy Fernández, a diferencia del presidente, decidió bajar al vestuario para apoyar a sus compañeros. Sin embargo, el ambiente era sombrío, más similar a un funeral que a un vestuario de un equipo con un historial victorioso. La afición, cansada de los malos resultados, no dudó en mostrar su descontento, pitando a su propio equipo, algo que no se veía desde hace años.

El esfuerzo de Chus Mateo no se puede cuestionar; durante el descanso, la situación se tornó crítica y, como fue evidente en la rueda de prensa donde Paco Redondo, asistente técnico, expresó que el equipo comenzó bien, pero se desinfló, Chus Mateo furioso lanzó uno de los mayores gritos que se recuerdan en el vestuario, un estallido que resonó incluso entre el equipo rival. Aunque el equipo salió al tercer cuarto con más intensidad, no fue suficiente para cambiar el rumbo del partido.

Los problemas de 'continuidad' que Redondo mencionó son evidentes en el parquet, con jugadores desubicados y luchando por ejecutar jugadas que ya deberían conocer perfectamente. La frustración, sumada al buen hacer del Zalgiris, dejó al Real Madrid en una situación cada vez más comprometida.

Después del partido, los rostros serios eran la norma mientras el equipo abandonaba el Palacio de los Deportes. Chus Mateo no dejó el recinto hasta bien entrada la noche, ya que una reunión urgente con la directiva lo mantenía ocupado. La normativa de la Euroliga, que impide que un entrenador descalificado hable con la prensa sin incurrir en una multa, hizo que Mateo no pudiera ofrecer declaraciones, añadiendo más peso a la ya tensa atmósfera.

Juan Carlos Sánchez, director general de la sección de baloncesto, junto a Alberto Herreros, director técnico, mantuvieron una reunión larga con Mateo y su cuerpo técnico en busca de soluciones. La gran incertidumbre acerca del futuro de Mateo se ha convertido en tema de conversación entre los aficionados, la prensa e incluso los rivales.

La escuadra blanca parece acusar no solo problemas de rendimiento individual sino también una falta de profundidad en el banquillo. En este contexto, el club está considerando la posibilidad de liberar alguna ficha para fortalecer el equipo, lo que podría resultar en la salida de algún jugador en un movimiento que busca revitalizar al equipo y dar un golpe de efecto. Sin embargo, esto solo generaría más incertidumbre sobre el futuro inmediato de Chus Mateo, quien está en la cuerda floja mientras la presión se intensifica.