La situación política en España se calienta a medida que los indicios de corrupción empiezan a rodear al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez. PP y Vox han dejado de considerar la moción de censura como un tema tabú y están apuntando a un posible acuerdo con Junts, el partido de Carles Puigdemont.

En una muestra clara de esta nueva postura, Alberto Núñez Feijóo, líder del PP, y Santiago Abascal, de Vox, han manifestado públicamente en las últimas 48 horas su disposición a colaborar con Junts para destituir al socialista de La Moncloa. "Si los señores de Junts quieren elecciones y apoyan una moción de censura, tengan la seguridad de que la presentaré, siempre que cuente con apoyos suficientes", declaró Feijóo, mostrando así su ambición por una acción rápida.

Vox también se ha sumado a la posibilidad de respaldar esta moción, con la condición de que lleve a la celebración inmediata de elecciones generales y de que su apoyo no implique concesiones al partido independentista. Esto indica que la colaboración con Junts está limitada a un interés compartido de desvincular a Sánchez de su cargo.

Las fuentes dentro del PP destacan la urgencia de presentar la moción de censura: "Es un asunto que debe resolverse cuanto antes, ya que Junts lo está utilizando para negociar con Sánchez. La situación actual no puede prolongarse más".

Hasta este momento, Junts había descartado una posible alianza con la derecha nacional para derribar a Sánchez. Jordi Turull, secretario general del partido, calificó de "ciencia ficción" este acercamiento tras un ultimátum de Puigdemont al presidente, instándolo a someterse a una cuestión de confianza por no cumplir los acuerdos establecidos en el pacto de Bruselas, que incluyó demandas como una ley de amnistía y más autonomía para Cataluña.

El próximo jueves, Junts tiene previsto que la Mesa del Congreso discuta la admisión de una proposición no de ley que insta a Sánchez a enfrentarse a una cuestión de confianza, lo que podría complicar aún más las relaciones entre el Gobierno y el partido catalán.

El viernes, la ejecutiva del partido se reunirá en Bruselas para evaluar cómo afectan estos acontecimientos a sus negociaciones con el Gobierno. Puramente, Puigdemont utilizará esa reunión para reiterar su amenaza a Sánchez y para pronunciarse sobre la propuesta de PP y Vox, la cual podría rechazar para evitar el descontento en su base en Cataluña.

La estrategia de Junts, ante lo que consideran una falta de compromiso por parte del Gobierno, podría orientarse hacia el rechazo de los Presupuestos Generales del Estado y endurecer las negociaciones futuras, afectando drásticamente la agenda legislativa del PSOE. La tensa situación que se avecina promete desencadenar un periodo de inestabilidad política en el país.