La situación en Osakidetza ha alcanzado un nivel crítico nuevamente, donde la falta de planificación ante el brote estacional de gripe ha llevado a decisiones drásticas que amenazan tanto la salud de la población como las condiciones laborales del personal sanitario. A pesar de los recientes esfuerzos por aumentar el número de camas para atender la creciente demanda, el recorte en asistencia médica y la precarización del trabajo están afectando a todos.

En el Hospital de Galdakao-Usansolo, la situación es alarmante. Durante este mes de enero, las urgencias han experimentado un aumento del 10% en la actividad con respecto al año anterior, pero no ha habido refuerzo en la plantilla médica. Para hacer frente a este desafío, se han suspendido las cirugías programadas, se ha ordenado que no se ingresen pacientes que no sean oncológicos, y se están forzando altas para liberar camas.

Situaciones similares se reportan en el Hospital de Txagorritxu, que ha limitado los ingresos a pacientes oncológicos, mientras que aquellos que podrían ser admitidos están siendo enviados a 'ingresos domiciliarios'. En el Hospital de Mendaro, la actividad quirúrgica ha sido paralizada para destinar las camas a otros tipos de patologías.

La situación no es menos grave en el Hospital de Cruces, donde la falta de disponibilidad de camas ha hecho que pacientes con enfermedades respiratorias no puedan ser admitidos, contraviniendo las necesidades urgentes de atención médica. El 7 de enero, se reportaron 18 pacientes esperando en los pasillos, y al día siguiente, 28 pacientes estaban en boxes, de los cuales 13 necesitaban ingreso, pero no había camas disponibles.

El Hospital Donostia también enfrenta problemas severos, atendiendo hasta 300 pacientes diarios, lo que provoca espera de hasta 8 horas. Por su parte, en el Hospital de Basurto, el personal de celadores está lidiando con una carga de trabajo intensificada, sin que se hayan implementado medidas de refuerzo.

ELA ha denunciado que esta crisis en la atención de urgencias y la saturación de los hospitales son consecuencia de recortes presupuestarios y falta de personal, afectando gravemente a la Atención Primaria. Desde hace más de seis meses, este sistema de salud ha estado bajo una oleada de recortes, y durante estas últimas navidades, más de 110 centros de salud vieron reducida su operatividad.

A pesar de las promesas del 'nuevo' Gobierno Vasco sobre la mejora del sistema sanitario, la realidad es que se continúan aplicando las mismas soluciones ineficaces frente a problemas estructurales de larga data. ELA exige un cambio urgente: la eliminación de improvisaciones, la restauración de todos los recortes y la implementación de medidas efectivas que protejan tanto a los trabajadores como a la sociedad en su conjunto. La salud de todos está en juego y ya es hora de actuar.