Las matemáticas parecen haber perdido su encanto en las aulas españolas, y la situación es alarmante. Según el último Libro Blanco de las Matemáticas publicado por la Fundación Ramón Areces y la Real Sociedad Matemática Española (RSME), solo uno de cada cinco graduados en ciencias exactas se dedica a la enseñanza preuniversitaria en el país. Esto es solo la punta del iceberg.

En la Comunidad Valenciana, la situación es crítica. La bolsa específica para contratar a profesores de Matemáticas está vacía, y los más de 570 matemáticos inscritos están desactivados. Esto plantea un grave problema para el sistema educativo, dado que las empresas privadas están atrapando a estos profesionales con sueldos atractivos, que en algunos casos son el doble de lo que se gana en la enseñanza pública.

Por ejemplo, el salario promedio de un matemático en educación es de aproximadamente 25,900 euros, mientras que en el sector financiero puede alcanzar hasta 44,300 euros. Esta diferencia salarial está forzando a muchos a abandonar la docencia, donde las condiciones laborales son menos favorables. Según informes recientes, un impresionante 45% de los matemáticos en el sector privado gana más de 30,000 euros anuales entre 2 y 5 años después de graduarse.

Además, en la Universidad de Alicante, se ha observado un descenso preocupante en el número de estudiantes que desean dedicar su vida a la enseñanza. El profesor Juan Matías Sepulcre destaca que los bajos salarios y la extensa carrera necesaria para alcanzar los máximos salarios, en comparación con otros países de la UE, están desincentivando esta vocación.

La escasez de profesores de Matemáticas es aún más acentuada por el hecho de que muchas personas nos cuentan sobre su agotamiento mental, el aumento en las cargas administrativas, y las dificultades para enseñar a grupos de estudiantes heterogéneos.

El impacto ya se siente en las aulas. Este año, la Conselleria de Educación de la Comunidad Valenciana ha aumentado las horas de matemáticas en secundaria debido al rendimiento deficitario de los alumnos en los informes PISA. Sin embargo, la realidad es aún más desalentadora: con una bolsa de docentes prácticamente vacía, la administración se ve obligada a recurrir a arquitectos, ingenieros, y otros profesionales que no son matemáticos para cubrir las vacantes, lo que genera preocupación sobre la calidad de la enseñanza. Según CC OO, aunque esto puede pasar desapercibido en Secundaria, en Bachillerato el problema se hace evidente.

La falta de especialistas también está afectando la capacidad de los institutos para cubrir bajas. Toni González Picornell, presidente de la Asociación de Directores de Instituto de la Comunidad Valenciana, señala que las sustituciones para clases de Matemáticas son las que más demoran.

El fenómeno de 'fuga de cerebros' está afectando notablemente a la educación, y en algunos institutos de la provincia, solo la mitad de los profesores de matemáticas son expertos en la materia. La otra mitad procede de sectores ajenos, lo que puede repercutir en la calidad de la educación que reciben los estudiantes. Mercedes Valero, directora del IES Severo Ochoa de Elche, enfatiza que muchos de estos reemplazos carecen de la formación adecuada, afectando el razonamiento matemático que es crucial para los estudiantes.

Además, la oferta de másteres en Profesores de Matemáticas en universidades locales ha disminuido, lo que podría contribuir a este vacío de matemáticos en el sistema educativo. La coordinadora de Matemáticas de la UA, Clementa Alonso, advierte que esta situación puede tener un efecto duradero en la calidad de la enseñanza y, en consecuencia, en el rendimiento académico de los alumnos. Esto ocurre en un momento en que los estudiantes españoles han vuelto a presentar resultados alarmantes en Matemáticas y Ciencias, posicionándose en el furgón de cola de la UE y la OCDE en 2023.

La crisis en la educación matemática en España es un síntoma de problemas más profundos en el sistema educativo y la economía, y requiere atención urgente para revertir el rumbo.