Una canasta crucial estuvo a punto de cambiar el destino del Barça en el reciente Clásico contra el Real Madrid el pasado domingo. Sin embargo, los tiros de Metu y Parker no encontraron el camino hacia el aro, y los azulgranas vieron cómo su situación se complicaba aún más. Este nuevo traspié no se debe solamente a la mala suerte o a errores en el juego, sino que es una tendencia preocupante que ya se extiende desde hace tiempo.

Con la derrota en el WiZink Center, el Barça acumula cinco derrotas en sus últimos siete partidos y ha perdido nueve de los últimos trece, un panorama alarmante que exige una reacción inmediata tanto en la ACB como en la Euroliga. La situación es aún más crítica al observar que, con un balance de 16-16 en todas las competiciones, el equipo está viviendo el peor inicio de temporada en dos décadas. Se ha batido el récord negativo de 17-15 de la temporada 2017-18, donde Sito Alonso dirigía al equipo.

Las razones detrás de esta crisis están claras y son preocupantes: la defensa del Barça ha sido ineficaz. Con 112,7 puntos encajados por cada cien posesiones en la Liga Endesa, se ha registrado el peor desempeño defensivo desde 2003. El récord anterior, que ya era negativo, se había fijado en 110,5 en la temporada 2005-06. Aunque el equipo de Roger Grimau pasó por un mal comienzo el año pasado, acabaron la temporada con 109,8, lo que ahora parece un sueño lejano.

A pesar de la dificultad del momento, algunos jugadores y técnicos intentan encontrar consuelo en pequeñas victorias, como la posibilidad de haber competido hasta el final en Madrid. Sin embargo, todos son conscientes de que se necesita una mejora inmediata. "Lo importante es concentrarse en este momento difícil porque no nos vamos a engañar: estamos en una situación complicada", declaró el base Tomas Satoransky. El checo enfatizó la necesidad de cohesionar el talento del equipo: “Tenemos mucha calidad, pero es vital que nos unamos. Hay que estar mentalmente fuertes y levantarnos de esta situación.”

Satoransky también expresó su confianza en que, a pesar de los errores en ataque y la falta de precisión en ciertos momentos, la entrega y la actitud del equipo serían claves para revertir la situación. “Si mantenemos esta actitud, saldremos adelante. Es verdad que los detalles y fallos marcan la diferencia, pero peleamos y luchamos en el partido”, añadió.

El técnico Joan Peñarroya compartió el mismo optimismo. "No estoy aquí para hacer promesas, sino para trabajar duro. Fue un partido muy disputado y, aunque sabemos que nos falta algo para ganar, estamos en el camino de encontrarlo”, explicó.

En esta ocasión, las críticas al arbitraje no fueron el centro de atención, aunque hubo un descontento generalizado con algunas decisiones. "No voy a valorar la actuación arbitral. Es obvio para todos", comentó el entrenador, dejando claro que la suerte tampoco ha estado a su favor.

El futuro del Barça parece incierto, pero la determinación por mejorar y revertir esta racha negativa está presente en todos los rincones del equipo. ¿Lograremos ver al Barça renacer de sus cenizas en las próximas semanas? La presión está en el aire.