El conflicto en Oriente Próximo sigue intensificándose. En las últimas horas, el ejército israelí ha bombardeado Gaza, dejando a al menos 28 palestinos sin vida, con 17 de ellos reportados en el norte del enclave. El Ministerio de Sanidad de Gaza ha confirmado un total escalofriante de 46,565 muertes desde que comenzó la ofensiva israelí el 7 de octubre de 2023. A la cifra de muertos hay que sumar más de 109,660 heridos y cerca de 11,200 desaparecidos atrapados entre escombros, dejando a la población gazatí en una situación desesperada.

La situación humanitaria es peor que nunca. Un portavoz de Hamás ha denunciado que la destrucción de infraestructuras clave, como hospitales y escuelas, ha llevado a Gaza al borde de una crisis humanitaria catastrófica: "Los ataques israelíes no solo buscan eliminar a los militantes, sino que han llevado a nuestro pueblo a una profunda crisis de supervivencia". En este contexto, Hamás estima que alrededor de 5,000 personas han muerto o desaparecido en el norte de Gaza, en lo que se considera un asedio inhumano de casi tres meses de duración.

Además, el ejército israelí ha iniciado evacuaciones de civiles en zonas específicas, particularmente en el campamento de refugiados de Nuseirat, en el centro de la Franja de Gaza. En el ámbito internacional, el Primer Ministro israelí, Benjamín Netanyahu, ha dado a conocer su intención de enviar al jefe del Mossad a Qatar para discutir un posible alto el fuego en medio de crecientes presiones diplomáticas.

Simultáneamente, el conflicto se ha extendido a Siria, donde más de 20 personas han muerto en enfrentamientos entre las Fuerzas Democráticas de Siria y facciones proturcas, tras un mes de ofensivas respaldadas por Turquía. Las tensiones entre Hamás y la Autoridad Nacional Palestina (ANP) continúan, con la ANP culpando a Hamás por la crisis humanitaria en Gaza, algo que jamás había hecho públicamente antes en este contexto.

La reunión de ministros árabes en Riad dio la vuelta al mundo al abordar la situación en Siria, buscando coordinar posturas con otras potencias internacionales. Este tipo de reacciones de la comunidad internacional se vuelve cada vez más crítica, en un momento donde tanto los gazatíes como los sirios enfrentan un nivel de sufrimiento sin precedentes.

La dimisión del sistema de salud en Gaza es abrumadora; la OMS ha alegado que la falta de suministros médicos está llevando al último hospital funcional de la región a un estado crítico. Los esfuerzos de ayuda internacional se hacen cada vez más urgentes.

Mientras tanto, la población civil sigue padeciendo las consecuencias. Las imágenes de niños heridos y hospitales desbordados son un duro recordatorio del impacto humano de este conflicto en escalada. La necesidad de un alto el fuego y la atención humanitaria son más esenciales que nunca.