El enfrentamiento entre Israel y el grupo chií Hezbolá ha escalado a niveles alarmantes, desencadenando una ola de tensiones en toda la región. Este jueves, el ejército libanés, usualmente cauteloso y a la defensiva, realizó disparos contra posiciones israelo-estadounidenses tras la muerte de dos de sus soldados durante un ataque aéreo en el sur del Líbano.

La situación se ha vuelto insostenible, con informes de 28 trabajadores de la salud muertos en las últimas 24 horas debido a los bombardeos israelíes. La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha expresado su preocupación y ha instado a las partes en conflicto a proteger a los trabajadores humanitarios, a quienes se les ha limitado el acceso a brindar asistencia vital.

En respuesta al ataque a su personal, el ejército libanés emitió un comunicado en el que afirmaba que había atacado las posiciones desde donde se lanzaron los ataques que provocaron la muerte de sus hombres. Este es un desarrollo significativo, ya que es la primera vez que el ejército libanés abre fuego contra fuerzas israelíes en casi un año.

Los constantes enfrentamientos han llevado a Israel a ordenar la evacuación de más de 20 aldeas en el sur del Líbano, alegando preocupaciones por la seguridad de los civiles ante los inminentes ataques. Entretanto, se registraron múltiples muertes en diferentes partes del Líbano, incluyendo un ataque a un convoy de la Cruz Roja, que dejó heridos y aumentó la indignación entre la población local.

Con la situación en Gaza también intensificándose, el número de muertos desde el 7 de octubre ha superado las 41,000 personas, con casi 97,000 heridos. El presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, hizo un llamado urgente a la paz y a la protección de los civiles en la región, señalando que la escalada de violencia solo conducirá a más destrucción.

Mientras tanto, el precio del petróleo también ha comenzado a repuntar, con la preocupación de que el conflicto se extienda aún más y afecte la estabilidad de los mercados globales. Biden ha reunido a sus asesores para discutir posibles respuestas, lo que añade otra capa de incertidumbre a una crisis ya complicada.

La comunidad internacional observa atentamente cómo ambos lados se preparan para lo que podría ser un conflicto prolongado. La situación se vuelve cada vez más crítica y muchos temen que los esfuerzos por lograr un alto el fuego se vean frustrados por las continuas hostilidades. En este contexto, los líderes mundiales han comenzado a hablar sobre la necesidad urgente de un diálogo y de un enfoque diplomático para evitar un desastre humanitario aún mayor en la región.