El Ayuntamiento de Barcelona ha decidido prorrogar los presupuestos de 2024, tras la abrupta ruptura de las negociaciones entre el gobierno socialista de Jaume Collboni y los Comuns, que actualmente lidera Janet Sanz. Este impasse ha llevado a tensiones en el seno del consistorio, donde el Ejecutivo ha señalado que los Comuns intentaron sabotear un acuerdo que tenía el respaldo de ERC.

El teniente de alcaldía de Economía, Hacienda, Promoción Económica y Turismo, Jordi Valls, hizo esta anunciación en una conferencia donde las palabras no escasearon. “Es incomprensible querer enrocarse en exigencias inamovibles”, acusó Valls, añadiendo que los Comuns predican acuerdos de izquierda sin hacer esfuerzos reales para alcanzarlos.

Valls, que recientemente presentó un plan presupuestario para 2025 con un crecimiento estimado del 1,2%, argumentó que el PSC había hecho concesiones en las demandas de ERC y los Comuns. Recordó que a finales de 2024 se logró un consenso sobre ordenanzas fiscales que incluían compromisos hacia los Comuns, como la reducción del número de cruceros y la regulación de alojamientos temporales en la ciudad.

Este es el segundo año consecutivo en que Collboni enfrenta dificultades para establecer un pacto sobre los presupuestos. A diferencia del año anterior, donde utilizó el recurso de una cuestión de confianza, ahora opta por la prórroga, ya que, según la ley, un alcalde solo puede someterse a dos cuestiones de confianza por mandato y no en el último año.

Mientras tanto, los Comuns manifestaban su disposición a seguir negociando, pero con menos de 48 horas para la votación en la comisión de Economía, Valls llegó a la conclusión de que no había futuro en las negociaciones y que solo prolongarlas aumentaría la tensión política.

Dentro de las demandas de los Comuns destacaban la creación de una funeraria pública, la ampliación de zonas peatonales y mantener el 30% de pisos sociales en nuevas construcciones. Sin embargo, el Gobierno municipal sostiene que la mayoría de estas exigencias fueron añadidas por los Comuns a medida que avanzaba la negociación, a pesar de haber acordado previamente otras medidas como bonificaciones en el transporte público y un aumento en la inversión en vivienda.

Este desenlace ha generado un clima de incertidumbre en Barcelona, donde los retos sociales y económicos siguen siendo urgentes. Con las elecciones locales a la vuelta de la esquina, el futuro político del alcalde Collboni y su capacidad para gestionar la ciudad se han puesto en tela de juicio. La falta de consenso en el Ayuntamiento podría repercutir negativamente en la implementación de políticas que afectan a los ciudadanos. ¡Barcelona necesita soluciones, y pronto!