Más de 1.400 protestas se llevarán a cabo este sábado en los 50 estados de Estados Unidos, movilizando a un número estimado de casi 600.000 personas bajo el lema ¡Manos fuera!. Este movimiento pro democracia surge como respuesta a lo que los organizadores consideran una "toma del poder hostil" por parte del presidente Donald Trump y del magnate Elon Musk. Las manifestaciones se desarrollarán en las capitales de estado, edificios federales, sedes de la Seguridad Social y otros espacios públicos, señalando la unión de ciudadanos que exigen el respeto a sus derechos y libertades.

Imágenes aéreas de diversas ciudades como Atlanta, Boston, Washington y Filadelfia muestran multitudes que se han incumplido ante la lluvia y el mal tiempo, en un evento que recuerda a las icónicas protestas de 2017 como la marcha de las mujeres. Sin embargo, el ambiente político ha cambiado: mientras que en su primer mandato Trump enfrentó grandes movilizaciones, en esta ocasión los participantes están reclamando mayor resistencia ante lo que consideran una agenda agresiva y perjudicial.

Las críticas internas también han resonado en el seno del Partido Demócrata, que aún busca un nuevo liderazgo tras la derrota de Kamala Harris. La reciente gira del senador Bernie Sanders y la representante Alexandria Ocasio-Cortez ha reavivado el activismo y la oposición al gobierno actual, ayudando a consolidar un movimiento que se presenta como un frente común contra la administración republicana.

Los organizadores como Third Act y Reproductive Freedom for All han delineado tres demandas clave: abolir el control multimillonario y la corrupción en la administración de Trump, restaurar los fondos de programas críticos como Medicaid y la Seguridad Social y frenar los ataques a comunidades vulnerables, incluyendo inmigrantes y personas trans.

Este evento no solo es significativo por su magnitud, sino también porque se produce en un contexto de elecciones primarias próximas y enfrentamientos legales que implican a Trump. Activistas de diversas organizaciones se están uniendo para crear un frente común y asegurar que la voz del pueblo sea escuchada en estos tiempos críticos.

Como bien señala el portavoz de la protesta, "es momento de que los multimillonarios y legisladores no pongan sus manos sobre nuestros derechos fundamentales". Este llamado a la acción subraya la creciente necesidad de abogar por la justicia social y la igualdad en una democracia que muchos consideran amenazada. ¡La lucha por la democracia en EE. UU. se intensifica!