La Sexta sorprendió a todos con una nueva entrega de Pesadilla en la cocina el pasado martes 22 de octubre. En esta ocasión, Alberto Chicote viajó hasta Granollers para hacer frente a una situación desesperante en el restaurante BrasasYmás, cuyo propietario, Redón, se encontraba en un estado de desánimo profundo debido al aumento de sus deudas.

El local, que debería ser un espacio de confort y buena comida, se había visto tan descuidado que la limpieza había pasado a ser una mera anécdota. Al entrar en la cocina, Chicote se llevó la peor de las sorpresas: encontró la cámara frigorífica repleta de comida en estado de descomposición. "¡Huele a mierda!", exclamó el presentador mientras luchaba por contener el asco. "Hostia, tío, ¿no te dan arcadas a ti?", interrogó a Redón, quien, avergonzado, admitió: "Lo que había ahí era del paleolítico. Me río porque me da vergüenza".

"Menos mal que no he comido. Está oliendo todo a mierda ahí dentro. ¿Y tú dices que eres cocinero? ¡Qué cojones vas a ser cocinero, tú eres un terrorista! Se me saltan las lágrimas de la mierda que huele ahí", sentenció Chicote, quien no pudo contener su indignación. Por su parte, Redón se mostró herido: "Que Chicote salga de mi nevera a punto de vomitar, me llame terrorista y me diga que no soy cocinero, pues me toca un poco el corazoncito y la honra como cocinero".

La situación empeoró al inspeccionar el resto del establecimiento, donde Chicote encontró telarañas por doquier. "¿Cómo puedes tener esto así, tío?", le preguntó. "Porque estoy amargado", confesó Redón, quien reveló que llevaba un año sin limpiar. "Realmente no es que sea guarro o que no quiera limpiar, es que no me apetece, es que no me siento con fuerzas de limpiar", añadió, dejando entrever una profunda crisis personal.

Una plaga de cucarachas

Pero eso no fue todo: Redón informó a Chicote que también había una plaga de cucarachas en el restaurante. "Es asquerosísimo, tío", replicó Chicote, quien estaba realmente disgustado. Esta revelación dejó a los televidentes boquiabiertos y generó un gran revuelo en las redes sociales, donde se comentaba la vergonzosa situación del local.

La combinación de la desidia, el desánimo y el mal estado de la cocina puso en tela de juicio la capacidad de Redón para liderar su restaurante. Este capítulo de Pesadilla en la cocina no solo mostró la realidad espantosa de un establecimiento, sino que dejó en claro la importancia crucial de mantener los estándares de limpieza y higiene en la industria gastronómica. ¡No te pierdas cómo Chicote intenta rescatar el BrasasYmás de este inminente desastre!