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Charles C. Mann, autor de ‘1493’: ‘Los imperios europeos se forjaron gracias a los cultivos americanos’

2025-04-15

Autor: Marta

Los barcos que navegaron el Atlántico desde que Cristóbal Colón llegó a América en 1492 no solo transportaron seres humanos, sino también una variedad de plantas y animales. Esta profunda reflexión surge de Charles C. Mann, un escritor y periodista de Michigan, quien acaba de publicar su obra ‘1493’ en español. En este libro ampliamente aclamado en el mundo anglosajón, Mann explora la mezcla de ecosistemas tras el encuentro entre Europa y América, asegurando que 'surgió un nuevo mundo'.

Durante una reciente videollamada con EL PAÍS, Mann desgranó cómo la naturaleza se transformó en un instrumento de dominación para los europeos. Según su visión, el fenómeno que impulsó la expansión europea fue más biológico que económico, y sus consecuencias se extendieron hasta Asia, contribuyendo a la caída de la dinastía Ming, al descontrol en África y a la transformación de Ciudad de México en el eje del mundo durante dos siglos.

La Creación de un Nuevo Mundo Globalizado

Mann sostiene que el viaje de Colón no solo marcó el descubrimiento de América, sino su creación misma. Aunque es cierto que ya existían civilizaciones avanzadas en América, los cultivos introducidos por los europeos revolucionaron muchas regiones. 'Si visitas las pirámides de Teotihuacán, encontrarás campos de trigo, un cultivo que no existía en el continente antes de Colón'. Esta fusión de influencias europeas y indígenas moldeó muchas sociedades, creando una diversidad que se extendió por todo el mundo.

El Imperialismo Ecológico de Europa

Con la llegada de Colón, se desató lo que Mann llama 'imperialismo ecológico’. Los ecosistemas europeos se replicaron globalmente, transformando América, Asia y Australia en reflejos del paisaje europeo. Por ejemplo, la amplia presencia de cultivos como el maíz en Italia y España indica que América también hizo su contribución al viejo continente.

Consecuencias Devastadoras

La introducción de enfermedades europeas devastó a las poblaciones nativas americanas, llevando a la muerte de entre el 66% y el 90% de la población originaria, un hecho que representa una de las mayores catástrofes demográficas de la historia. Mann detalla que este colapso demográfico permitió a los europeos ocupar el territorio, mientras cantidades enormes de plata fluían de América a España, convirtiendo a esta nación en el país más rico del mundo.

A medio y largo plazo, cultivos americanos como la papa, el maíz y el tomate fueron cruciales para alimentar a Europa. Historiadores como Fernand Braudel han sostenido que estos cultivos, más productivos que el trigo, permitieron a Europa sostenerse, sugiriendo que las bases de los imperios europeos se cimentaron en estos nuevos productos agrícolas.

Una Nueva Estructura de Poder

La llegada de cultivos como el tabaco y el azúcar a América también tuvo un impacto profundo en las estructuras de poder coloniales. Estos productos llevaron a una concentración de cultivo en plantaciones que, a su vez, impulsaron el comercio de esclavos. Se estima que aproximadamente el 90% de los individuos que cruzaron el Atlántico antes de 1700 eran personas esclavizadas.

A través de su investigación, Mann subraya que los elementos microscópicos, como los causantes de la malaria y la fiebre amarilla, jugaron un rol en la perpetuación de la esclavitud, afectando tanto al trabajo como a la geopolítica de la época.

Reflexiones Finales

El legado de esta compleja interconexión de ecosistemas y culturas sigue siendo objeto de estudio y reflexión. Mann nos invita a observar cómo estos eventos históricos continúan influyendo en nuestra percepción del mundo actual, revelando la intrincada danza entre la naturaleza, la tecnología y el poder.