El 9 de diciembre, tras disfrutar de unas merecidas vacaciones en la República Dominicana y participar en dos exhibiciones en Estados Unidos, Carlos Alcaraz ha comenzado su pretemporada con la mirada fija en su primera gran meta del año: el Open de Australia. Alternando entre la Ferrero Tennis Academy en Villena y el Club de Campo de Murcia, el joven murciano se está preparando a fondo para el torneo que podría marcar un hito en su carrera.

Con tan solo 20 años, Alcaraz aspira a convertirse en el jugador más joven en completar el famoso póker de títulos del Grand Slam, un récord que actualmente pertenece a su compatriota Rafael Nadal. "Lo tengo en mente, tengo en mente tatuarme el canguro", ha afirmado Alcaraz, mostrando su ambición y determinación para conquistar tierras australianas.

Juan Carlos Ferrero, su entrenador, ha trazado una estrategia para que su pupilo logre mejorar su rendimiento, enfocándose especialmente en la potenciación de su golpe de derecha. Para ello, han estado experimentando con varias raquetas Babolat, ajustando el peso con cintas de plomo hasta dar con el equilibrio perfecto: cinco gramos extra. Esta modificación no es trivial; como explica Samuel López, el nuevo técnico que se une al equipo, "es una ayuda más en el golpeo. Con esa aceleración, él va a ganar en potencia y peso de pelota. Se está notando mucho estos días en el resto".

No solo el peso de la raqueta se ha ajustado, sino que también se están probando diferentes cordajes para maximizar el control y potencia de sus golpes. Todo esto se enmarca en una estrategia más amplia para enfrentar a sus rivales más feroz, como el italiano Jannik Sinner y el alemán Alexander Zverev.

La adición de peso en la raqueta es una táctica común entre los jugadores que utilizan un golpeo más plano, al igual que lo hacen otros tenistas como el estadounidense Sebastian Korda y el neerlandés Tallon Griekspoor. Esta técnica busca optimizar el impacto de cada golpe, aprovechando la inercia y la fuerza del balón a medida que se acerca a la raqueta.

Con el Open de Australia a la vista y sus recientes ajustes, Alcaraz se presenta como un contendiente formidable. Su deseo de dejar una huella imborrable en la historia del tenis es evidente, y los amantes del deporte estarán atentos a si logra cumplir su ambición de convertirse en el rey de Melbourne este año.