Pocos líderes europeos cuentan con el apoyo y reconocimiento en Ucrania como Josep Borrell, jefe de la diplomacia europea. Durante su reciente visita a Kiev, recibió elogios del presidente Volodímir Zelenski, quien destacó su inquebrantable apoyo a Ucrania en su lucha contra la invasión rusa.

En este contexto, Borrell y Zelenski abordaron temas cruciales, como la cooperación entre Ucrania y la Unión Europea, así como la finalización del préstamo de 50.000 millones de dólares acordado con el G-7, utilizando activos rusos congelados. Borrell subrayó la necesidad de un enfoque claro sobre la situación en el frente de guerra y la inminente presidencia de Donald Trump en Estados Unidos. La administración ucraniana trabaja arduamente para persuadir al presidente electo de reconsiderar su postura sobre el apoyo militar a Ucrania, temiendo que pudiera poner en riesgo la integridad territorial del país.

Borrell, junto a otros líderes de la Unión Europea, sostiene que es momento de que Europa asuma un papel activo en garantizar su propia seguridad. "Europa está en peligro y no podemos depender del humor de los electores estadounidenses cada cuatro años", afirmó, enfatizando que la era en la que la OTAN proveía toda la protección está llegando a su fin.

En su reflexión sobre su gestión, Borrell mencionó que uno de sus logros más significativos fue desafiar la idea preconcebida de que la UE no podía financiar asistencia militar. "Esto fue posible porque lo propuse con energía y determinación", indicó, refiriéndose a sus esfuerzos por aumentar el presupuesto asignado a Ucrania. A lo largo de estos años, ha trabajado para que Europa no solo sea vista como un 'poder blando', sino como un bloque comprometido con su defensa militar y con ayudar a países como Ucrania.

Borrell también reveló sus preocupaciones sobre el retraso en la entrega de apoyo militar. Ha existido una reticencia a proporcionar ciertos armamentos por miedo a una escalada del conflicto. A principios de este año, la UE se comprometió a enviar a Ucrania un millón de proyectiles, un objetivo que aún no se ha alcanzado y que ha sido motivo de críticas por la insuficiente capacidad de producción del continente.

La crítica externa no se ha hecho esperar. Recientemente, el eurodiputado francés Raphael Glucksmann comentó que resulta increíble que Corea del Norte haya podido suministrar más munición a Rusia que la UE a Ucrania. Borrell defendió esta comparación, resaltando la diferencia estructural entre un régimen militarizado como el de Corea del Norte y las democracias europeas.

Otro punto clave en la visita de Borrell fue la aspiración de Ucrania a integrar la UE. El gobierno de Zelenski busca acelerar este proceso a menos de tres años, aunque la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, ha puesto en duda la viabilidad de esta meta. Borrell argumentó que un proceso de incorporación gradual sería fundamental, dado que la situación actual de Ucrania no es comparable con la de otros países que han accedido a la UE en el pasado. "Europa debe jugar su credibilidad y compromiso en este proceso", concluyó Borrell, enfatizando que el camino hacia la integración debe ser claro y progresivo.