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¡Boom! La jueza de violencia de género se aparta del caso que podría decidir el futuro de Juana Rivas y su hijo en España

2025-01-10

Autor: Carmen

La jueza del Juzgado de Violencia sobre la Mujer nº 2 de Granada ha tomado una sorprendente decisión al inhibirse de la causa por la cual Juana Rivas lucha para que su hijo permanezca en España. Este giro puede tener un profundo impacto en el futuro del niño, ya que la magistrada considera que la situación no está dentro de su competencia, dejando en el aire si el menor regresará a Italia con su padre, Francesco Arcuri, o se quedará con su madre.

Desde que el hijo de Rivas llegó a España el 22 de diciembre para pasar las vacaciones navideñas, se ha desatado una serie de decisiones judiciales y apelaciones. La madre ha intentado que el menor se quede en el país hasta que la justicia italiana resuelva la investigación contra Arcuri por maltrato a los hijos, así como el conflicto de custodia.

El 6 de enero, un tribunal italiano descartó la opción de que el menor se quedara en España, a pesar de la acusación de la Fiscalía contra Arcuri. Esto llevó al equipo legal de Juana Rivas a intervenir en el sistema judicial español para evitar que el niño regresara a Italia. Después de un largo proceso, una jueza de guardia decidió escuchar el testimonio del menor y determinó que debía permanecer con su madre en España por el momento.

Sin embargo, esta decisión estaba destinada a ser provisional. La jueza del Juzgado de Violencia de Género nº 2 ha emitido dos autos que insisten en que no hay suficientes indicios de violencia de género para continuar en su competencia y ha ordenado a otro tribunal investigar un posible delito de violencia doméstica, sugiriendo que el caso debería ser tratado en un juzgado de instrucción.

El resultado de esta última decisión es que el caso vuelve a la corte de instrucción, que deberá decidir sobre el futuro del menor mientras continúan los litigios. Esto añade una nueva capa de incertidumbre al conflicto de más de ocho años entre Juana Rivas y Francesco Arcuri.

La historia de Juana Rivas, quien fue condenada en 2018 por sustracción de menores tras llevarse a sus hijos a España por miedo a su seguridad, ha encendido un debate público sobre los derechos de las madres en situaciones de violencia. Durante este episodio, muchos políticos y ciudadanos mostraron su apoyo a Rivas, quien argumentó que su vida y la de sus hijos estaban en peligro.

En este clima de tensión, la custodia del hijo menor, Daniel, se encuentra en la balanza. Su hermano mayor, Gabriel, ya reside con su madre desde junio de 2022. Daniel ha testificado recientemente sobre maltrato por parte de su padre en un tribunal en Cagliari, lo que ha llevado a los abogados de Rivas a solicitar medidas urgentes de protección, alegando que el menor ha sido víctima de manipulación y amenazas.

Este caso encapsula la compleja y dolorosa realidad de la violencia vicaria, en la que los maltratadores utilizan a los hijos como herramienta de control. A pesar de que los abogados de Rivas enfatizan la gravedad de las denuncias y la necesidad de protección en España, la jueza se ha inhibido, argumentando que no hay suficientes pruebas de violencia de género y dirigiendo el caso hacia una posible investigación por violencia doméstica en otro tribunal.

La lucha de Juana Rivas y sus hijos continúa, y la decisión sobre la custodia sigue siendo incierta. Este asunto no solo refleja el dolor de una familia, sino que también plantea preguntas cruciales sobre la protección de los menores y los derechos de las víctimas en situaciones de violencia doméstica.