A solo tres semanas de la llegada del presidente electo Donald Trump, cuyo gabinete incluye a figuras opuestas a la asistencia a Ucrania, como el futuro secretario de Estado Marco Rubio, la Administración demócrata se apura para fortalecer las capacidades de ataque y defensa de Kiev. Esto ocurre justo antes del tercer aniversario de la invasión rusa. Este lunes, el presidente Joe Biden anunció un compromiso de cerca de 6,000 millones de dólares para Ucrania.

De esta cantidad, 3,400 millones se destinarán a apoyo presupuestario directo, según lo declarado por la secretaria del Tesoro, Janet Yellen, para asegurar que los servicios gubernamentales en Ucrania se mantengan operativos. Biden también prometió 2,500 millones de dólares adicionales en ayuda de seguridad para dotar militarmente a Kiev antes de que Trump asuma el cargo. "Bajo mi liderazgo, Estados Unidos seguirá trabajando incansablemente en esta guerra durante el resto de mi mandato", afirmó Biden.

Con los republicanos a punto de asumir el control de las dos Cámaras del Congreso en enero, la ventana para nuevas asignaciones de ayuda está comenzando a cerrarse. El paquete de Biden incluye 1,250 millones de dólares en ayuda militar a partir de las reservas de Estados Unidos y un paquete adicional de 1,220 millones de dólares de la Iniciativa de Ayuda a la Seguridad de Ucrania (USAI). Esta es la última entrega de un fondo que ha experimentado retrasos considerablemente debido a bloqueos republicanos.

El presidente ucraniano Volodímir Zelenski ha expresado su agradecimiento a través de un mensaje en X, reconociendo el apoyo de Estados Unidos en un momento crítico, dado el aumento de los ataques rusos, que ahora cuentan incluso con la ayuda de soldados norcoreanos. “Cada acto de solidaridad de nuestros socios salva vidas. Gracias al presidente Biden y a todos los que apoyan nuestra lucha”, manifestó Zelenski.

Además, Zelenski anunció el regreso de 189 ucranianos, 187 militares y 2 civiles, tras un intercambio promovido por Emiratos Árabes Unidos. Por el lado ruso, el Ministerio de Defensa informó de la repatriación de 150 prisioneros de guerra.

Los 6,000 millones de dólares revelados por Biden son parte de los fondos que estaban pendientes de asignación desde abril. Sin embargo, es importante señalar que el material militar se adquiere a través de la industria de defensa nacional o de aliados, lo que puede resultar en tiempos de espera prolongados para que dicho material llegue al frente. A pesar de esto, la urgencia por parte de la Administración demócrata ha acelerado los tiempos de entrega, que incluirán "cientos de miles de proyectiles de artillería y vehículos blindados para fortalecer a Ucrania durante el invierno".

En coordinación con la Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (Usaid) y el Departamento de Estado, Yellen también enfatizó que la ayuda de 3,400 millones de dólares está condicionada a reformas en el ámbito de la gobernanza y la lucha contra la corrupción.

Desde noviembre, se han autorizado acciones que Kiev venía pidiendo, como el uso de minas antipersona y la posibilidad de atacar territorio ruso con misiles ATCMS proporcionados por Estados Unidos. Esta aceleración del apoyo en los últimos meses de mandato de Biden ha generado inquietudes en Kiev sobre por qué no se pudo realizar antes, cuando la situación en el frente era más crítica.

En otro anuncio, el primer ministro ucraniano Denys Shmyhal comunicó que Estados Unidos destinará 15,000 millones de dólares de activos rusos congelados en un acuerdo con el Banco Mundial para ayudar a Ucrania a cubrir gastos esenciales como pensiones y salarios. "Agradecemos a Estados Unidos y al Banco Mundial por hacer que Rusia pague por su agresión", declaró Shmyhal.

Aunque Estados Unidos sigue siendo el mayor donante a Ucrania, se plantea una incógnita sobre el futuro de este apoyo bajo un gobierno republicano. Trump, quien ha manifestado su deseo de poner fin a la guerra rápidamente, ha cuestionado el nivel de implicación de Estados Unidos en el conflicto. Con el control republicano del Congreso en manos de una administración que muestra reticencias hacia el apoyo a Ucrania, se teme que esto impacte directamente en la línea de batalla y en el futuro del país, que sigue luchando por su independencia.