El nuevo año comenzó de la peor manera posible para los trenes de alta velocidad de la serie 106, conocidos como Talgo Avril. Tras un lanzamiento ya problemático en mayo, ahora una avería informática ha dejado inoperativas todas las unidades que conectan Madrid con destinos clave como Galicia, Asturias, Aragón, Cataluña, Comunidad Valenciana y Murcia. Renfe, la operadora de trenes, anunció la situación a través de sus redes sociales, alertando a los viajeros sobre los retrasos y la interrupción del servicio.

Según fuentes cercanas al incidente, la avería se debe a un fallo total en el software de estos innovadores trenes. Los técnicos de Talgo trabajan intensamente para reiniciar el sistema y recuperar la circulación de todas las unidades, incluyendo los AVE y los Avlo, que han sido una opción popular de bajo costo. La situación es particularmente crítica, ya que la operación de estos trenes depende de un sistema informático avanzado que controla la velocidad y otras funciones esenciales bajo el ERTMS (Sistema de Gestión de Tráfico Ferroviario).

Un portavoz de Renfe confirmó que se ha detenido la venta de billetes para estos servicios hasta que se resuelva por completo la avería. Fuentes no oficiales sugieren que el problema podría tardar varios días en solucionarse, lo que ha llevado a que Renfe ofrezca cambios y anulaciones de billetes sin cargo adicional a los viajeros afectados. La afluencia de usuarios en las estaciones ha sido notable, ya que muchos se preparan para sus viajes de Año Nuevo.

Talgo emitió un comunicado explicando que la avería se origina en un problema con el cargador de las baterías de los trenes Avril. Esta batería no solo es crucial para el funcionamiento del aire acondicionado y la iluminación, sino que también es imprescindible para elevar el pantógrafo, el mecanismo que recoge la energía eléctrica de las líneas aéreas. Sin la operación correcta del pantógrafo, los trenes quedan completamente paralizados.

Ingeteam, la empresa vasca que provee los sistemas de carga de las baterías, está colaborando con Talgo para resolver el problema cuanto antes. La confianza en estos sistemas de alta tecnología es crucial, pero este incidente demuestra la fragilidad de la dependencia tecnológica del ferrocarril, donde un fallo puede desencadenar un desastre operativo completo. Los usuarios han reaccionado con resignación ante la situación, expresando su frustración en redes sociales y foros dedicados al transporte ferroviario.

Los retrasos han comenzado a acumularse, con líneas como Madrid-Galicia y Madrid-Asturias sufriendo demoras de hasta 60 minutos. Los AVE y Avlo de la serie 106 tienen prácticamente el doble de plazas que los antiguos Alvia, lo que complica aún más la reubicación de los pasajeros. Este es un momento crítico para Renfe, que deberá gestionar la crisis y restaurar la confianza de los viajeros en sus servicios.

Como si fuera poco, la línea gallega, que ya es conocida por su vulnerabilidad debido a su extensión de 122 kilómetros en vía única, se enfrenta a una situación desesperante. El año no ha empezado de la mejor manera para Renfe y Talgo, y los viajeros esperan con preocupación la reanudación del servicio. El caos que ha generado esta avería se convierte en el foco de atención, dejando a todos preguntándose: ¿cuándo volverán a rodar estos trenes?