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Atentado mortal en planta nuclear de Zaporiyia: ¿Quién es el culpable detrás de esta tragedia?

2024-10-04

En un giro impactante de los acontecimientos, uno de los altos funcionarios de seguridad de la planta nuclear de Zaporiyia, actualmente bajo control ruso desde 2022, perdió la vida este viernes 4 de octubre de 2024 en un atentado con coche bomba en la ciudad de Energodar. El atentado fue reportado por el Comité de Instrucción de Rusia (CIR), que detalló que el explosivo detonó en el momento en que la víctima, identificada como Andrei Korotki, se disponía a subirse a su vehículo.

El CIR ha indicado que Korotki fue trasladado al hospital donde sucumbió a sus heridos, lo que ha llevado al organismo a abrir una investigación penal por asesinato. Inmediatamente, se ha lanzado una operación para capturar a los responsables de este acto atroz.

Yuri Chernichuk, director de la planta nuclear, expresó su indignación al calificar el ataque como un "horrible acto terrorista" y afirmó que los culpables deben enfrentar las consecuencias de sus acciones. "Atacar a quienes resguardan la seguridad de una instalación nuclear es un acto irracional y alejado de toda lógica", añadió en su declaración.

Sin embargo, la situación se complica al revelarse que según el servicio de inteligencia militar ucraniano (GUR), Korotki había colaborado con las fuerzas rusas, denunciando a empleados identificados como "pro-ucranianos". Este hecho lo vincula con la represión del personal en la central por parte de los ocupantes rusos. El GUR ha compartido un video que muestra un coche blanco que circula lentamente antes de explotar, lo que se ha interpretado como una evidencia de la planificación del ataque.

Mientras tanto, las autoridades rusas han apuntado a Kiev como responsable de múltiples atentados contra funcionarios leales a Moscú desde el inicio de la invasión en febrero de 2022. Desde entonces, se han registrado numerosos intentos de asesinato en territorios ocupados y en Rusia, centrados en figuras que apoyan la ocupación.

Este trágico evento plantea interrogantes sobre la seguridad en una de las centrales nucleares más grandes de Europa y la creciente violencia en las áreas de conflicto. El futuro de la planta de Zaporiyia y la región en su conjunto sigue siendo incierto en medio de esta incesante escalada de tensión.